Bien, llevo días escuchando unos crípticos mensajes en el viento que decían algo así como "Peeeee, no te da verguenza que tus cobloggers actualicen cosas deliciosas continuamente y tú no??". Y si, la verdad es que me daba una verguenza total, pero es que entre los examenes, la mudanza (esta excusa pienso ponerla continuamente, no me obliguéis a usar la carta de los padres divorciados, porque no tendré piedad) , y que ultimamente ha estado cocinando casi exclusivamente mi madre...pues es que no tenía material. Y a lo tonto estas entradas lleva mucho tiempo prepararlas. Así que como este fin de semana he estado sola, pues he aprovechado. Traigo una receta sencilla, pero casi que mejor, no? Así vamos cubriendo todos los espectros. Que a veces una cae siempre en hacer los mismos platos, y yo creo que lo mejor que tienen los blogs de cocina es precisamente eso, el darnos ideas de como comer cosas nuevas y fáciles.

Una ensaladita. Es maravillosa tanto como primer plato, acompañamiento, o para cenar viendo una peliculita tranquilamente. Y es muy sana. Eso si, si sois de esos pánfilos a los que no les gustan los sabores fuertes, probablemente no es vuestra ensalada (1). No creo que sea una ensalada para niños, por ejemplo.

Personalmente soy muy muy fan del salmón ahumado, y en casa lo comemos bastante. Soy muy fina para el pescado, no me gusta en salsa, no me gusta que tenga espinas, no me gusta que tenga piel, y sobre todo no me gussta que tenga grasa. Así que no soy una gran comedora de pescado. Con deciros que cuando he vivido sola me lo compraba en la sección de niños del carrefour...pero el salmón ahumado ( y el sushi) es otro cantar. Tiene una textura tan deliciosa, es saladito, no tiene espinas ni cochinadas...y es sanísimo y no engorda! O eso creo, porque en las dietas no lo suelen quitar.

Ingredientes (orientativos, todos al gusto, para una persona):

- 1 tomate.
- 1/4 de una cebolla más bien grandita.
- Manzana, la mía no tenía pero queda muy bien.
- Rúcula.
- Salmón ahumado, yo le puse unos cien gramos porque me encanta.
- Mozarella, no sé cuanta era, era la mitad de una de esas bolitas que venden en el mercadona.
- Mezcla de frutos secos para ensalada (o los frutos secos que te gusten, o ningún fruto seco).
- Aceite de oliva, vinagre de módena.
- Sal, pimienta, lo que tú quieras.

En fin, la preparación de esta ensalada no es que tenga mucha ciencia, basicamente es cortarlo todo y mezclarlo. Aún así, os contaré como lo hago yo:

Lo primero de todo es cortar la cebolla muy pequeñita, en cuadraditos, y ponerla en una ondilla con vinagre de modena un buen rato antes de ponernos con el resto de la ensalada, le da un puntito ideal a la cebolla y además atenuará el picor. Yo esto lo hago con casi todas las ensaladas, me encanta.



Cuando ya tengamos la cebolla bien maceradita en el vinagre, cortamos el resto de ingredientes (a mí me gusta en cuadraditos y los vamos mezclando en un bol.



Cuando ya los tengamos todos picados le echamos un buen chorrito de aceite de oliva y añadimos la cebolla con el vinagre incluído (yo no le añado más vinagre, con ese es suficiente). Ponemos sal a nuestro gusto, pimienta negra y orégano (o lo que os guste echar, yo esas tres cosas las echo por defecto en casi todas las ensaladas). Y por último le he puesto una cucharadita de un preparado de frutos secos para ensaladas que compramos una vez, y que basicamente lleva pipas de girasol, semillas de sésamo y nueces en trocitos pequeños. Mezclamos bien y nos lo papeamos con ganitas, y mucho amor.



También queda maravillosamente si en lugar de aceite y vinagre le ponemos salsita de yogur o salsa de mostaza.

Otra opción de presentación es esta que os pongo ahora, queda muy bien como aperitivo en cenas de amigos, triunfa y son muy fáciles de hacer. Consiste en usar la misma ensalada como relleno para hacer unos rollitos de salmón. En lugar de picar el salmón dejamos las lonchas enteras y hacemos un rollito, queda espectacular de bueno.
(1) Un beso para todos los pánfilos con todo mi cariño.
*Me traigo un cachondeo con las fotos que pa qué.

Esta es otra de esas recetas que mi amiga Ester hacía en nuestra casa en Granada con muchísimo éxito. Cada vez que venía mucha gente a comer o cenar preparábamos este pollo y a todos nos encantaba. Es sencillo, simplemente multiplicas las cantidades y en vez de tener comida para 4 personas, tienes para 15. Para que cunda más y se aproveche bien la salsa nuestro mejor amigo será el arroz, pero unas papas fritas en taquitos le pueden venir también de lujo.

Ingredientes (Para 4 personas):
- 2 pechugas de pollo enteras
- 1 cebolla grande
- 2 bricks pequeños de nata de cocinar (200ml c/u)
- 1 bote de salsa de curry
- Sal
- Pimienta negra molida
- Cominos
- Nuez moscada

Mi salsa de curry preferida es la de la marca Calvé, pero hay varias marcas más en el mercado. También podemos hacer nuestra propia salsa de curry, pero lleva mucho, mucho más trabajo y la diferencia no es tan significativa como para que merezca la pena.

Preparación:

Picamos la cebolla según gustos: si no os importa encontraros trocitos podéis hacerlo groseramente, pero si lo vuestro no son los tropezones podéis pasar la cebolla hasta por la picadora y reducirla a puré. En este caso tenéis que quitar todo el agua de ese puré que podáis, porque lo ideal es pochar la cebolla, no guisarla.

Troceamos las pechugas de pollo. Para mi gusto lo mejor es dejar trocitos que no requieran tener que usar luego el cuchillo para partirlos, ahorras tiempo de cocción y con una cuchara te apañas luego al comer perfectamente.

En una olla alta ponemos la cebolla a pochar a fuego medio. Cuando coja el tono transparente, subimos el fuego al máximo y añadimos las pechugas de pollo en trocitos. Damos vuelta unos pocos minutos para que coja algo de color y rebajamos la potencia del fuego a bajo-medio (2/6).

Salpimentamos el pollo, añadimos media cucharadita de cominos molidos y nuez moscada al gusto. Lo ideal es que la ralléis en el momento, las especias dan mucho más sabor de esta forma.

Cuando las especias lleven un par de minutos haciendo chup-chup con la mezcla de pollo y cebolla añadís el bote entero de salsa de curry y un brick de nata. Suelo echar parte de la nata en el bote de curry "vacío", remover bien y añadirlo a la olla. Así intento aprovechar toda la salsa que pueda. Si queréis que quede con más salsa podéis añadir el segundo brick de nata. Es conveniente si vais a acompañar la comida con arroz, cunde mucho más. También es más pesado, claro.
Lo dejáis en el fuego entre 15 o 25 minutos, dependiendo del tamaño de los trocitos de pollo. Removed bien con una cuchara de madera cada poco rato para que no se os pegue nada en el fondo de la cacerola. Corregid de sal y pimienta si hiciera falta.

Tiempo de preparación:
Es muy fácil de hacer y con el mínimo cuidado siempre sale bien. Entre picar y cocinar podemos tener este plato a punto en 40 minutos o 1 hora.

Es otoño. [1]

Y el otoño, a mí, me sabe a canela.

Esas líneas en la masa tienen que ser pecado. Seguro.

Llevaba semanas queriendo hacer bollitos de canela (cinnamon rolls, los que tienen forma de espiral), pero tenía esta receta marcada desde hace siglos (y había hecho una versión con limón fantástica) y pensé, ¿por qué no? Al fin y al cabo los bollitos de canela ya los hecho (varias veces) y la receta que uso, hace bollitos de canela para un regimiento de infantería hambriento.

Anyhoo... Si alguien quiere, esta receta se puede hacer perfectamente en forma de rollos, pero me encanta el formato en láminas, que separas con los dedos, con la capa de caramelo y canela aún templada...

Está buenísimo. Y no lo digo a la ligera.

Lo he puesto en la etiqueta de dificultad difícil porque lleva levadura de la de verdad. Porque exige tiempo y os recomiendo tostar la mantequilla (lo que es fantástico pero se puede quemar fácilmente). Si nunca habéis hecho una masa levada, es mejor empezar con una pizza, por ejemplo. Pero esto no es intrínsecamente difícil. Vamos, que no es un hojaldre o una masa de croissants. Si lo vais a intentar y no tenéis mucha confianza, me podéis avisar (ahí a la derecha hay un mail y soy fácilmente localizable en túiter) y supongo que podríamos organizar un consultorio virtual live.

Ingredientes para el bollo:

• 390g de harina (no de repostería; mejor de fuerza pero no es imprescindible) + harina para espolvorear y amasar
• 50g de azúcar
• 2 cucharaditas de levadura de panadería instantánea (no Royal)
• 1/2 cucharadita de sal
• 60 g de mantequilla
• 80g de leche (yo uso semidesnatada que es la que bebo; sería mejor entera, claro)
• 60g de agua
• 2 huevos
• 1 cucharadita de extracto de vainilla

Para el relleno:

• 200g de azúcar
• 60g de mantequilla
• Canela en polvo

Preparación (fase 1 - la masa):

• Fundimos la mantequilla con la leche. Añadimos la vainilla y el agua y dejamos templar 5 minutos.

 

• En un bol grande mezclamos la harina, la levadura, el azúcar y la sal y hacemos un "volcán".

• Vertemos esta mezcla de leche y mantequilla en el volcán de harina y lo incorporamos con una cuchara de madera. 
• Añadimos los dos huevos batidos. Es una masa muy pegajosa. Pero no le añadáis más harina (yo le añadí más, pero está ya incluída en los ingredientes).

• Aceitamos un bol limpio y con las manos bien engrasadas, damos forma de bola a la masa. No os entretengáis demasiado, de momento no se trata de amasar. Y cuánto más la toquéis, más se os pegará, con lo que más harina querréis echarle. No. Craso error. Esta masa no es masa de pizza.

• Tapad el bol con film plástico y dejar subir en un sitio templado hasta que haya duplicado su volumen [2].  Como yo no tenía prisa, la metí en la nevera durante unas cuatro horas (pero puede estar toda la noche sin problemas) [3].

Tic, toc, tic, toc... ¿Qué hacéis aquí? ¿No estaréis mirando la masa subir, no? ¿No tenéis pelis? ¿Amigos? ¿Vida? Pues nada, vamos a preparar el relleno.

Preparación (fase 2 - el relleno con mantequilla tostada; sin fotos, sorry):

• En un bol, mezclamos el azúcar con la canela.
• Ponemos la mantequilla en un cazo limpio, seco y de paredes altas a fuego medio.
• Cuando está a medio derretir, bajamos el fuego. Podríais parar aquí y usar mantequilla fundida, pero queda mejor si la tostamos.
• Pasados unos minutos empezará a chisporrotear (se está separando la parte de agua que tiene la mantequilla). Es normal. Dadle tiempo. Poco a poco la casa empezará a oler como a nueces tostadas. Hay que estar pendiente del cazo para que no se queme.
• Poco a poco empezará a tomar un color ambarino, momento en que hay que retirar del fuego y pasar a un cacharro limpio (el calor residual acabará de tostarla).
• Lo normal es que tengáis unos restos sólidos en el fondo y una mantequilla clarificada y tostada, mucho más aromática, en la parte de arriba. Podéis filtrarla, pero no hace falta.
• Dejamos templar.
• Ya que estamos, engrasamos el molde que vayamos a usar (tipo plum-cake para el bollo en láminas, cualquier bandeja o molde bajito para los rollos). ¡Pero no con la mantequilla tostada!

Preparación (fase 3 - ¡allá vamos!):

• Cuando la masa haya doblado su volumen, precalentamos el horno a 175ºC y enharinamos ligeramente la superficie de trabajo.
• Volcamos la masa y la amasamos unos 5 minutos, añadiendo la harina justa para que no se pegue (y no más).
• Dejamos reposar 5 minutos tapada (esto evita que luego tengamos que pelear con una masa elástica que no se deja estirar y tiende a volver a su forma original).
• Con un rodillo (en su defecto, vale una botella de vino vacía y limpia), estiramos la masa hasta formar un rectángulo de unos 50cm x 30cm (con el lado largo hacia nosotros). Conviene ir dando la vuelta a la masa (de abajo a arriba) para que no se pegue, enharinando por debajo y por encima (con mucha moderación)
• Extendemos la mantequilla (que estará semi-sólida) sobre toda la superficie, hasta los bordes.
• Espolvoreamos la mezcla de azúcar con canela por encima.

Ahora podemos hacer los tradicionales rollos o hacer el bollo chachi en laminitas.

Para hacer los rollos:

• Enrollamos desde el lado opuesto a nosotros (que debe ser largo) formando una espiral bien prieta.
• Pellizcamos la masa al llegar al extremo para sellar .
• Cortamos en lonchas de unos 2.5 cm, colocamos en una bandeja engrasada (sin apretarlos demasiado entre sí).
• Tapamos con film engrasado y los dejamos levar hasta que dupliquen su volumen.
• Horneamos unos 20 minutos, hasta que estén dorados.
• Se pueden glasear con el glaseado de la tarta de zanahoria o un glaseado de azúcar glass (con zumo de naranja, por ejemplo).

Para hacer el bollo en láminas:

• Cortamos la masa en tiras en paralelo a los lados cortos del rectángulo. La receta original decía cortar en seis tiras, pero yo hice ocho.
• Apilamos las tiras una sobre otra, con el azúcar siempre por encima. Parte del azúcar se os caerá al moverlas, es normal. Lo recogéis y lo espolvoreáis por encima.
• Cuando estén todas apiladas, cortamos en sentido opuesto para hacer rectangulitos (yo lo corté en cinco).

• Colocamos estas pilas de masa y azúcar en el molde, colocadas de canto (es decir, con el azúcar hacia uno de los extremos del plum-cake). 

• Tapamos con film engrasado y los dejamos levar hasta que duplique su volumen.

• Horneamos unos 35-40 minutos (no hagáis como yo y controlad la ansiedad, que no conviene que se quede crudo). Si se tuesta demasiado para vuestro gusto, tapad con papel de aluminio.
• Ojo, el azúcar se va a caramelizar y el posible que rebase el molde (a mí me pasó). Así que, cuando lo metáis en el horno, conviene ponerle un poco de papel de aluminio debajo, que sobresalga del borde del molde, para evitar tener que limpiar azúcar quemado de la parte de abajo del horno.

En ambos casos, conviene dejar templar en el molde unos 15 minutos antes de desmoldar y/o comer. Y se puede congelar si veis que no os lo vais a comer en 48h (como todos los bollos, está mejor el mismo día que se ha hecho). Para descongelar, meter directamente en el horno precalentado unos minutos.

Base caramelizada

¿Veis el caramelo en el borde? Sí, se salió.

El paraíso en tu boca

[1] Y lo dice una astrofísica, así que tiene que ser verdad.

[2] Si tenéis un buen horno, suelen tener un modo "levado" que es a 40ºC. Podéis usarlo. Crecerá mucho más rápido.

[3] ¡Despertad, mis pequeños zombies!

Actualización (28/10/12):

Actualizo para dejaros la prueba de que, definitivamente, esta masa queda genial también en forma de espirales. Y sí, he tardado un año en volver a hacerlo. Y no por falta de ganas, os lo aseguro.

Ahora que ya tenemos el frío encima (al menos en Madrid) apetece comer cositas calientes, como los guisos. Os voy a poner la receta de las lentejas como me la enseñó mi padre (o algo así... siempre hay alguna variación personal).

¿Preparados?

Ingredientes (para 4 personas, aprox):

• 400g de lentejas pardinas en crudo (mi querida Simone dice que 100g por persona, y yo le hago caso)
• patatas al gusto (yo eché todas las de la foto, me encantan). Otras veces también pongo zanahorias, pero esta vez no tenía (ooohhhh!!)
• una cebolla
• un par de tomates maduros
• un chorizo
• una morcilla
• una punta de jamón
• un trozo de tocino
• unas hojitas de laurel
• un par de dientes de ajo
• sal
• aceite de oliva

Preparación:

Las lentejas son las únicas legumbres que no es necesario dejarlas en remojo antes de hacerlas, con dejarlas cocer más, listo. Aún así, yo prefiero tenerlas un par de horas en agua, me ahorro tiempo de cocción.

Empezamos haciendo el sofrito. Picamos los dientes de ajo y la cebolla y los echamos en la cacerola con un poco de aceite y las hojas de laurel (a mí me gusta echarlas desde el principio). Dejamos pochar unos minutos.

Los tomates, para quitarles bien la piel, los parto en cuatro trozos y los echo encima de la cebolla. Al cabo de un rato veréis que la piel sale sola y la pulpa se va deshaciendo.

Cuando este sofritillo esté listo, añadimos a la cacerola el chorizo, la morcilla, la punta y el tocino. Cubrimos con agua y ponemos a cocer unos 20-30m.

Pasado este tiempo, escurrimos las lentejas y las añadirmos a la cacerola. Vigilar el agua, si hace falta añadid más hasta cubrir, y seguir cociendo. Aquí hay que ir vigilando, no os puedo decir de tiempos porque yo voy probando y viendo si se consume el agua y tengo que añadir más. Me gustan espesas, así que no le echo demasiada agua de primeras.

Las patatas y zanahorias las troceo y las echo cuando las lentejas ya llevan un rato. Si no os gusta que se deshagan las patatas tendréis que ir mirando y, si veis que se pasan mucho, las sacáis y las reserváis.

Cuando estén a punto, o casi, rectificáis de sal si hace falta.

Cuando las lentejas ya estén tiernas no importa que estén algo caldosas, porque veréis que pasado un rato habrán chupado mucho caldo y estarán espesitas. Cuanto más reposen, más espesas se quedan, así que si os sobran lo más probable es que para recalentarlas debáis añadir un poquito de agua, para que no se peguen.

En cualquier caso, coged un trozo de pan o una guindilla en vinagre (¡pegan mil!) y ya podéis darle a la cuchara.

Nota: la morcilla y el chorizo los echo enteros para que no se deshagan. Esto a gustos. Luego al trocearlos sueltan saborcillo y mmmhhhh...

 [O, según mi jefe, el engendro.]

¿Cuántos de vosotros habéis probado la tarta de zanahora? Venga, no seáis tímidos...
Uy, pues no veo muchas manos levantadas.

Habrá que solucionarlo, ¿no?

Pero antes... ¿Cuántos habéis pensado, como mi jefe, que qué diantres hace la palabra zanahoria en el título? ¡Ahora sí que veo manos levantadas! Pues muy mal. Tenéis que confiar un poquito más, que la tarta de zanahoria, sorprendentemente, no sabe a zanahoria.

No.

En absoluto.

Sabe a... ¡Tarta de zanahoria! Es que es un sabor único, en el que todos los ingredientes (entre ellos, especias) se combinan para hacer algo distinto, mejor, sublime... Otoño en un plato.

¿Que no me creéis? Pues mañana compráis los ingredientes y probáis.

Si luego tenéis ganas de quedárosla para vosotros solos, sin compartir con nadie, es normal. Es la tarta que más induce al egoísmo que he probado. [1]

Engrendro my ***

Ingredientes para la tarta:

• 250g harina
• 2 cucharaditas de levadura química
• 2 cucharaditas de bicarbonato
• 2 cucharaditas de canela
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 1 cucharadita de nuez moscada
• 1 cucharadita de jengibre
• 1 cucharadita de sal
• 9-10 zanahorias bien lavadas [2]
• 4 huevos
• 250g azúcar blanco
• 150g azúcar moreno
• 200g aceite
• 200g nueces picadas
• Zumo de medio limón
• Opcionales: 1 cucharadita de ralladura de naranja, 1/2 cucharadita de clavo molido, 1/4 de cucharadita de pimienta negra o rosa recién molida, pasas doradas (rehidratadas en ron, por ejemplo), 50g de coco rallado.

Ingredientes para el glaseado:

• 225g queso crema (Philadelphia, mascarpone, una mezcla de ambos)
• 115g mantequilla en pomada
• 250-300g azúcar glass
• Unas gotas de zumo de limón

Preparación:

• Precalentamos el horno a 165ºC. 

• Rallamos las zanahorias con un rallador con agujeros grandes. Se puede picar (con el accesorio picador de la batidora) pero no queda igual. Al rallarla, quedan tiras finas y anchas que luego flotan en la mezcla de la tarta, con lo que la zanahoria queda mejor repartida.

• Ponemos la harina, levadura, bicarbonato, sal y especias en un bol y mezclamos bien.

• En otro bol, ponemos los huevos, los dos tipos de azúcar, la vainilla y el zumo de limón y batimos durante 5-7 minutos con las varillas eléctricas.

• Incorporamos el aceite sin dejar de batir y a poquitos (en hilo fino), de tal manera que emulsione con la mezcla de huevos y azúcar.

• Incorporamos a esta mezcla los ingredientes secos, las zanahorias y las nueces picadas usando una espátula y haciendo movimientos envolventes. En caso de usar pasas y/o coco, se añaden también ahora. 

• Vertemos en los moldes que vayamos a usar, sin llenarlos más de la mitad.

• Horneamos unos 40-50 minutos, hasta que al pincharlas con un palillo/brocheta, éste salga limpio. En mi caso fueron 50 minutos, pero si lo hacéis en pocitos de magdalenas, deberían estar hechas en unos 30 minutos. Y si ponéis toda la mezcla en un único molde, calculo que necesitará, al menos, hora y cuarto de horno (y habrá que taparla con papel de aluminio a mitad de la cocción para que no se churrusque la parte de arriba).

Aquí, todavía sin azúcar.

• Dejar enfriar completamente (se desinflarán un poco).

• Mientras se enfrían, preparamos el glaseado, batiendo primero la mantequilla con el queso y el zumo de limón y luego añadiendo el azúcar poco a poco, hasta conseguir una textura cremosa y ligera pero no líquida. Meter en la nevera/congelador mientras esperamos a que se enfríe la tarta.

• Cuando la tarta esté totalmente fría, se desmolda y glasea con una capita de glaseado. La receta original apilaba las tres capas, pero, como veis, yo lo que hice fue cortar una de las bandejas [3] en 15 cuadraditos, ponerlos en pocitos de magdalenas y echarles una cucharadita de glaseado a cada uno.

La receta es una versión de Big Bill's Carrot Cake del libro "Baking, from my home to yours" de Dorie Greenspan [4]. Pero vamos, que es muy parecida a la que suelo hacer y que podéis encontrar aquí (donde también hay toda una dosis de cursilería; diabéticos sentimentales abstenerse).

[1] Aunque el bollo de canela que tengo que publicar próximamente está en dura pugna por ese título. Ya veréis,  ya...
[2] Ni idea del peso... ¿400g, quizás?
[3] Las otras dos se fueron por correo a España. Y aunque a día de hoy YA deberían haber llegado, siguen en tránsito. Argh.
[4] El libro es el de la última foto. Y Google os mostrará la receta original sin ningún problema, que hay un grupo de bloggeros que hace recetas de ese libro todos los martes. Tuesdays with Dorie, se hacen llamar. Y la tarta de zanahoria cayó hace ya tiempo.