Para el cumpleaños de Cattz, quería hacerle algún dulcito para enviarle junto con el sari que le traje de la India. Algo no muy chocolatero, que ella no es muy fan.

Y estuve pensando.

Y estuve pensando. Sí, pensé mucho.

Y miré mi despensa.

Y la bombilla hizo "¡ping!" y había tomado una decisión. Para más señas, ésta:

Eso son lo que he decidido llamar "Bizcochitos tropicales". Lo de tropicales es porque llevan plátano, piña seca y coco. Si nos seguís, recordaréis las cookies tropicales, que son la inspiración que me llevó a añadirles también chocolate blanco (que va muy bien con todos los demás ingredientes). Las almendras fileteadas fueron un capricho de última hora, pero creo que les van.

Para hacerlos, me basé en esta receta. Pero lo cierto es que no son más complicados que el pan de plátano que subí hace siglos. Y por la aceptación que han tenido, ¡creo que ya estáis tardando en poneros!

Ingredientes:

• 115g de mantequilla fundida
• 200g de azúcar (yo usé blanquilla, pero azúcar moreno seguro que también va bien)
• 2 huevos
• 225g de leche de coco
• 310g de harina
• 3 plátanos muy maduros (negros, si es posible)
• 1 cucharadita de levadura
• 1/2 cucharadita de bicarbonato
• 1/2 cucharadita de sal
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 100g de coco rallado azucarado
• 100g de piña seca picada pequeñita
• 100g de chocolate blanco (en trozos o gotas)
• Almendras fileteadas

Preparación:

• Precalentar el horno a 175ºC. 
• Preparar un molde de muffins con pocitos de papel (o moldes de silicona). También podéis hacerlo en molde de plum-cake, pero el tiempo de horneado será distinto y convendrá que engraséis y enharinéis ligeramente el molde.
• En una sartén y sin dejar de remover, tostar el coco hasta que coja color doradito y desprenda aroma. Dejar templar.
• En un bol, aplastar los plátanos y mezclarlos con la leche de coco. No se van a homogeneizar del todo, ya os aviso.
• En otro bol, mezclar la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal.
• En un bol grande, batir bien la mantequilla con el azúcar.
• Añadir los huevos uno a uno, batiendo muy bien tras cada adición.
• Añadir también la vainilla.
• Con una espátula y sin batir, incorporar una tercera parte de la mezcla de harina.
• Añadir la mitad de la mezcla de leche de coco y plátano.
• Repetir con otro tercio de harina y la otra mitad de leche+plátano.
• Añadir la última parte de la harina junto con el coco, la piña y el chocolate blanco.
• Repartir en los pocitos, repartir unas cuantas almendras por encima y hornear unos 15-20 minutos (si no recuerdo mal, los míos estaban a los 17 minutos), cuando estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio. 

A mí me salieron 12 magdalenas y 6 bizcochitos rectangulares. Vamos, que salen unas dos docenas de magdalenas. Que sepaís que han durado más de una semana y han aguantado bien el viaje. A mí no me saben mucho a coco, pero si no os gusta, igual mejor lo evitáis.

Perdón por el balance de blancos

Un domingo más, me he metido en la cocina para hacer cositas ricas de comer.

Sí, lo sé, estoy muy monotemática. Galletas una y otra vez.

¿Qué queréis que os diga?

Son fáciles, ricas, fáciles de enviar y, en este caso, además son originales (sipe, la receta es 100% mía). Ahora mismo no me da la vida para hacer nada que exija más compromiso que unas galletas o un bizcocho rápido, la verdad. Y bueno, que si hago una tarta, ¿qué hago con ella? [1] Porque aunque he intentado llevar las cosas al curro como cuando estaba en Tenerife, el recibimiento no es ni remotamente parecido.

Y para sentirme como si me estuvieran haciendo un favor, casi que prefiero que vayan a bocas más agradecidas (en este caso, la de mi hermano). ¡¡Y una tarta no se puede enviar por correo!! [2]

En fin. Que eso. Que más galletas. Que están buenísimas y que merece la pena dedicarles un par de horas (como mucho, y no seguidas) para tener desayunos para... esto... muchos días (me han salido 46 galletas grandecitas; con dos se desayuna más que bien).

Ingredientes (para 48-60 galletas):

• 250g de harina

• 

  Los add-ins (arriba: coco y piña; abajo: chocolate blanco)

  240g de copos de avena rápidos
• 1 cucharadita de levadura química
• 1 cucharadita de bicarbonato
• 1 cucharadita de sal
• 200g de mantequilla en pomada
• 250g de azúcar (yo he puesto 150g de azúcar blanco y 100g de azúcar moreno)
• 2 huevos
• 150g de piña seca picada
• 100g de chocolate blanco picado (yo he puesto 80g porque es lo que tenía, pero un poco más no hubiese sobrado)
• 80g de copos de coco seco y azucarado

Preparación:

• Mezclar los ingredientes secos (harina, avena, levadura, bicarbonato y sal) en un bol grande y reservar.

• En otro bol, batir la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa.
• Añadir los huevos uno a uno, batiendo muy bien después de cada adición.

• Hacer un volcán en los ingredientes secos y añadir en el hueco la mezcla de mantequilla.

• Con una espátula de goma o una cuchara de madera, homogeinizar las dos mezclas (esto requiere un buen brazo, aviso).
• Añadir los add-ins e incorporarlos (más brazo). [3] 

• Dejar reposar la mezcla en la nevera al menos 3h y hasta 48h. 

No me digáis que la masa no tiene una pinta de morirse...

• Cuando vayáis a hacer las galletas, precalentar el horno a 175ºC y preparar una fuente con papel de hornear.
• Hacer bolitas con la masa. Yo las he hecho del tamaño de albóndigas (unos 3-4 cm de diámetro), pero creo que 2.5cm de diámetro serían un poco más razonables. Claro que os saldrán más galletas.
• Colocar en la bandeja, aplastándolas hasta un grosor de 1.5cm (aprox.) y dejando espacio entre ellas (pero tampoco se extienden mucho). En la foto de veréis que en la primera hornada puse 9 galletas (por si acaso), pero en las siguientes he puesto 12 o 13 por hornada.

•  Hornear 12-14 minutos (dependiendo del tamaño), hasta que estén doraditas. Conviene rotar la bandeja a mitad de horneado para que se doren uniformemente.

• Dejar enfriar sobre una rejilla y ¡a comer!, que están de rechupete. [4]

[1] No, tampoco me da la vida para comerme una tarta entera yo solita. O sea, sí me da, pero no debo.
[2] Bueno, hay algunas excepciones (la tarta de zanahoria, por ejemplo), pero no pueden llevar glaseado o te arriesgas a que lleguen con "pelito". Y no, eso tampoco mola.
[3] ¡Ey, pensad que estaréis quemando calorías! Ergo, ¡más galletas! O menos culpabilidad.
[4] Sí, está feo que yo lo diga, pero la combinación de sabores es muy armoniosa y la textura es chupi (crujiente y blandita a la vez).