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lunes, 13 de agosto de 2018

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Bizcochitos de chocolate, romero y aceite de oliva

En el horno gracias a Inés a las 16:33
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¡He vuelto! ¡¡HE VUEEEELTO!!

(o algo)

Eso. Que vuelvo para dejaros una receta de unos bizcochitos que usan aceite de oliva virgen extra (AOVE) como su fuente principal de grasa (no la única). No son aptos para intolerantes a la lactosa porque llevan un poco de mantequilla y yogur. Pero no se trata de eso en este caso. Se trata de jugar con la combinación de sabores chocolate, AOVE y romero. Que sí, que puede sonar sorprendente pero no lo es en absoluto. Las notas florales de los tres elementos juegan muy bien entre sí, y se realzan. Merece la pena probarlos.


Bueno, paso ya a la receta.

Ingredientes:

  • 200g azúcar blanco
  • 225g harina
  • 150g AOVE [1]
  • 45g mantequilla
  • 4 huevos
  • 1 yogur [2]
  • 150g chocolate negro 52% cacao (el típico de repostería -- en particular, la marca blanca de Lidl está muy bien para esto, a mí me gusta mucho más que el Nestlé postres y es más barato)
  • 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • Ralladura de medio limón
  • 2 cucharaditas de romero seco [3]
  • Azúcar adicional para espolvorear [4]

Preparación:
  1. Precalentar el horno a 180ºC. Preparar un molde de muffins con pocitos de papel.
  2. Picar el chocolate no muy fino (a cuchillo), conservando también las virutillas que se formarán. De ese modo la distribución de chocolate será más interesante, encontrando desde trozos medianos derretidos como escamitas repartidas por la masa. Reservar.
  3. Mezclar la harina con la levadura, la sal y el bicarbonato. Reservar.
  4. Fundir la mantequilla y reservar.
  5. En un mortero, machacar el romero con un poco del azúcar y la ralladura de limón. La idea es impregnar los sabores y repartirlos. Si tenéis molinillo de café, os irá de perlas. Pero yo no tengo, así que uso el mortero. No hace falta moler el romero, sólo hacerlo un poco más chiquitillo y, eso, que todo se combine.
  6. Unir estar mezcla al resto del azúcar, añadir los huevos y batirlo todo junto unos cinco minutos con las varillas eléctricas. Queremos que los huevos dupliquen/tripliquen su volumen, se blanqueen y tengan una textura espesa.
  7. Incorporar el aceite y la mantequilla fundida en hilo fino y sin dejar de batir, para que se emulsione correctamente.
  8. Con una espátula de goma y sin batir (usando movimientos envolventes), incorporar 1/3 de la mezcla de harina reservada. Luego, incorporar 1/2 yogur. Repetir alternando acabando con la harina.
  9. Cuando ya no queden restos de harina, incorporar el chocolate.
  10. Repartir en los pocitos de magdalenas llenándolos más o menos hasta 3/4. Con estas cantidades a mí me han salido 16-18, con los moldes bastante llenitos. Espolvorear una puntita de azúcar por encima.
  11. Hornear unos 25 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
  12. Dejar enfriar sobre una rejilla (pero estos se pueden comer calientes).

[1] Que sea un aceite que os guste de sabor. No muy picante, mejor más floral.
[2] Yo uso yogur griego porque es el que tengo en casa. Tiene más grasa y más proteínas que el normal. Pero podéis sustituir por otro normal sin más problemas.
[3] Si hubiera encontrado fresco, habría preferido fresco. Picado muy finito y sin necesidad de pasarlos por el mortero. Pero no he conseguido.
[4] Yo he usado un azúcar moscovado ecológico que encontré en Aldi que tiene cristales gordos y eso ayuda a que la textura final tenga más interés. Pero vale azúcar blanquilla normal y corriente.

PS: Los que me seguís en redes sociales ya sabéis lo que pasó a continuación. Con la humedad y el calor gaditano, para la noche habían perdido el crujiente en la parte de arriba. Y decidí darles un golpe de horno para recuperarlos.

Un golpe.

Un golpecito.

Cuatro minutos después de meterlos, habían pasado de esto:


A esto:


No seáis como yo. No seáis gilipollas. Dejadlos brillar.


Pero no os preocupéis, que en menos de 1h tenía ya otra hornada lista (aún me queda masa en la nevera para los 4-5 extra) y hoy en el hospital me han querido mucho.

domingo, 5 de julio de 2015

1

Pseudo Eton Mess con frambuesas y trocitos de merengue de chocolate

Allá por abril, se me ocurrió que este año, para mi cumpleaños, no quería tarta. Quería otra cosa. Algo fresquito, diferente y original. Así que pensé en un Eton Mess casero y diferente.

¿Que qué es el Eton Mess?, os preguntáis. Cito de la wikipedia:

"El eton mess es un postre de origen inglés consistente en una mezcla de fresas, trozos de merengue y nata, que se sirve tradicionalmente en el partido anual de críquet que se celebra el 4 de junio en el Colegio Eton contra los estudiantes del Winchester College. El plato ha sido conocido por este nombre desde el siglo XIX"

Ni yo soy el colegio Eton, ni lo sirvo el 4 de junio (sino el 5 de julio -- aunque mi cumpleaños fue el 23 de junio, temas de logística) ni mi versión se parece realmente a lo que sirven allí. De ahí lo de "pseudo".

¿Qué he hecho?, entonces. Pues he hecho mi relleno del tiramisú (sabayón casero + mascarpone + nata montada), con trocitos de merengue de chocolate y frambuesas. O sea, que es una especie de híbrido entre natillas y mousse, para adultos (llevan ron y el alcohol no desaparece) y con tropezones ricos.

Es una receta un poco más elaborada de lo habitual (porque tiene varios elementos), pero todo se puede hacer con antelación y merece la pena el poquito de esfuerzo.

Sexy dessert is sexy


Ingredientes:

Para los merengues de chocolate [1]:

2 claras de huevo (guardad las yemas para el sabayón)
2 cucharadas de cacao en polvo
50 g de azúcar
50g de azúcar glass

Para el sabayón:

4 yemas de huevo (2 de los huevos del merengue, dos extra -- las claras sobrantes se pueden congelar sin ningún problema y se pueden usar para financiers, macarons o cualquier otra cosa que se os ocurra)
50 g de azúcar
50 ml de ron [2]

Para la crema:

Sabayón
250g de mascarpone
200ml de nata
100g de azúcar
Frambuesas (frescas o congeladas)

Preparación:

Para los merengues de chocolate:

  • Precalentar el horno a 110ºC [3] y preparar dos bandejas de horno con papel de hornear.
  • Tamizar el cacao con el azúcar glas y reservar.
  • Batir las claras hasta que estén casi a punto de nieve.
  • Añadir el azúcar a poquitos, batiendo muy bien. Al final tienes que tener una mezcla brillante que mantenga la forma.
  • Incorporar la mezcla de cacao y azúcar glas con una espátula de goma y sin batir; con movimientos envolventes (algo se bajará, pero tampoco muchísimo).
  • Con una manga pastelera con boquilla circular recta (o con una bolsa de zip a la que se la cortado una esquinita como de 1cm de diámetro), hacer tiras de merengue en las bandejas del horno preparadas con papel. De hecho, basta con que hagáis tiras en una de las dos bandejas (como la mitad del merengue), en la otra podéis hacer mini-merenguitos (tamaño de una moneda de 1 euro, no más grandes que si no no se cocerán a tiempo).
  • Hornear 90 minutos. Apagar el horno y dejar enfriar dentro del horno caliente al menos dos horas (yo los dejé toda la noche).
  • Despegar del papel y cortar (o partir con las manos) en cachitos. Los mini-merengues no hace falta cortarlos, claro. Son para comer tal cual.
Trocitos a la izquierda, en la bolsa, listos para guardar.
Los del bol fueron para comer y decorar cupcakes.

Los merengues se pueden hacer hasta una semana antes (si el ambiente es seco) o varios meses (si se congelan).


Para el sabayón:

  • Poner una cazuelita con agua a hervir para hacer un baño María.

Disquisición: ¿Cómo es un baño María bien hecho?

La idea del baño María es cocinar lo que sea a 100ºC justos. Para eso, al fondo del bol en el que tengáis los ingredientes NO debe estar tocando el agua (ver esquema de la derecha). El vapor está a 100ºC pero el agua se puede calentar más de esa temperatura porque el calor latente de vaporización del agua es mucho mayor que su calor específico y, además, la temperatura de ebullición cambia según la concentración de sales disuelta (fenómeno que se conoce como "aumento ebulloscópico" y que vemos cada vez que echamos sal al agua de cocer pasta) y del grifo no sale agua destilada.

¡Y no hablemos ya de qué temperatura podría alcanzar la mezcla si el bol está tocando el fondo de la cazuela!


Además, conviene que el vapor no se escape por los bordes del bol. Así que es mejor una cazuelita pequeña y un bol grande que al revés. Como en la foto de la izquierda (no, no es mía, pero ésa es la idea).

Fin de la disquisición


  • Cuando el agua esté hirviendo (no antes, porfa, que el azúcar "cocina" las yemas) echar las yemas, el azúcar y el ron en un bol y batir con unas varillas.
  • Poner al baño María sin dejar de batir en ningún momento. En unos 3-4 minutos la mezcla habrá espesado y estará espumosa.
  • Quitar del baño María y seguir batiendo durante al menos otros 3-4 minutos mientras la mezcla se enfría. [4]
El sabayón se puede hacer hasta dos días antes (las yemas se cocinan al baño María, no hay mucho problema) conservándolo en la nevera. También se puede pasar a la preparación de la crema directamente, claro.


Para la crema y el montaje final:

  • Batir el sabayón con el mascarpone y la mitad del azúcar. Reservar.
  • Montar la nata (que debe estar muy fría) con la otra mitad del azúcar. 
  • Incorporar la mezcla de sabayón y mascarpone a la nata montada con movimientos envolventes, para evitar bajarla mucho.
  • Preparar el montaje en copas o en vasos, alternando capas de la crema con frambuesas y trocitos de merengue.
  • Servir frío (mejor dejar reposar toda la noche en la nevera, pero tampoco pasa nada si no).

Salen unas 6 copas "contundentes". En vasos de chupito (con una frambuesa o dos por vasito) probablemente diera para unos 24. Know your audience.

Y nada. Eso. Que lo disfrutéis.
--

[1] Es la mitad de la receta del merengue de la tarta Concorde de Pierre Hermé. Salen más de los necesarios, pero se pueden congelar o simplemente usar para acompañar el café o para picar (son muy adictivos).
[2] Sí, sé que el zabaglione tradicionalmente se hace con Marsala. Podéis ponerle el licor/espirituoso que os guste, pero a mí, para algo con frambuesas y chocolate, me pegaba ron (o cointreau, pero al tener más alcohol, sabe luego más a alcohol el sabayón -- y ya es bastante fuerte así). También se puede usar zumo de naranja sin ningún problema. Y le pega a esta receta tanto o más que el ron.
[3] La receta original del merengue requiere hornearlos a 120ºC pero con la puerta del horno ligeramente abierta. Pero como el horno de mi madre deja de calentar cuando la puerta está abierta (por cuestiones de ahorro energético) no pude hacerlo así. Y mi modo funcionó, así que podéis elegir método.
[4] El sabayón tal cual (recién hecho, aún tibio) se puede comer con fresas y es uno de esos postres decadentes y pecaminosos que... OMG. Pero vamos a hacerlo aún mejor.

domingo, 29 de septiembre de 2013

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Mis Sumbitches. O lo que es lo mismo: galletas de mantequilla de cacahuete con chocolate

En el horno gracias a Inés a las 21:08
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En el regreso de "Cómo conocí a vuestra madre", en su última temporada, hemos conocido a la famosísima Madre. Y (espero que nadie considere esto spoilers) hace galletas. En particular unas galletas con mantequilla de cacahuete, chocolate y caramelo que denomina "Sumbitches" (lo que viene a ser "japutas").


Tras la emisión del capítulo, Jonatan Sark enlazó la receta oficial, mencionando que le resultaba parecida a mis galletas. Pero ¡oh! yo no había subido mi receta de galletas de mantequilla de cacahuete con chocolate. Así que había que solucionarlo.



A diferencia de la oficial, la mía no lleva trozos de caramelos. Pero, para aumentar el sabor de caramelo, he jugado con mi receta habitual [1] para que sepa más a caramelo, usando sólo azúcar moreno y añadiendo un poco de Lyle's Golden Syrup (que podéis encontrar en tiendas especializadas o internacionales; pero que podéis sustituir con miel [2]).

La lata a la derecha. Una vez abierto, me gusta ponerlo en un frasco.
Además, así veis el color, verdaderamente dorado.

Además, quiero aclarar que la mantequilla de cacahuete que yo uso es del tipo "natural" (sólo lleva cacahuetes, sal y aceite vegetal [3] para estabilizar) y que además tiene trocitos (con lo que entraría en la categoría "crujiente"). Las marcas americanas (Jiffy, Skippy, etc.) suelen llevar mil cosas más (entre ellas, azúcar). Servirían sin problemas, pero yo prefiero la versión natural (de hecho, para comer, es la única que me gusta). ¡Oh! Y otra aclaración. El chocolate. Yo uso 70% para esta receta, porque quiero algo que dé un contraste fuerte con los cacahuetes. Pero en los EE.UU., la pareja típica de la mantequilla de cacahuete es el chocolate con leche. Si os llama, adelante yo no os voy a decir que no. Pero probad alguna vez con chocolate negro. Y ya me diréis qué os parece.
Las estrellas de estas galletas

Y creo que con estas aclaraciones podemos pasar a la receta.

Ingredientes:
  • 115g de mantequilla en pomada
  • 200g de mantequilla de cacahuete
  • 220g de azúcar moreno
  • 25g de Lyle's Golden Syrup (o miel en su defecto)
  • 1 huevo
  • 150g de harina
  • 180g de chocolate negro 70% picado groseramente
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1 cucharadita de vainilla
Preparación:
  • Mezclar en un bol la harina con el bicarbonato y la levadura.
  • Batir la mantequilla con la mantequilla de cacahuete, el azúcar y el sirope hasta que esté cremosa y ligera.
  • Incorporar el huevo y la vainilla sin dejar de batir.
  • Con una espátula de goma, incorporar la harina y el chocolate.
  • Refrigerar al menos 2h (pero mejor toda la noche o hasta 36h).
Pre-enfriado
  • Precalentar el horno a 175ºC y preparar una bandeja con papel de hornear [4]
  • Hacer bolitas de unos 25-30g.
A mí me han salido 35 como éstas
  • Colocar en la bandeja de horno dejando bastante hueco entre ellas (caben no más de 12 en un horno normal) y aplastándolas ligeramente.
Preparadas para el horno. Ojo a la nota [4] un poco más abajo
  • Hornear de 10 a 12 minutos, hasta que estén empezando a dorarse en los bordes (yo las he horneado 9 minutos, luego he girado la bandeja 180º y otros 3 minutos de horneado, para que queden más o menos homogéneamente doradas).
Reposando
  • Dejar enfriar en la bandeja al menos 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla (esto es importantísimo porque las galletas no tienen mucha harina y recién hechas son bastante frágiles).
Y ya enfriándose en la rejilla
Y ya está. Yo os recomendaría compartirlas porque son una bomba. Pero igual os cuesta. A mí me ha costado. MUCHO. [5]

[1] Mi receta habitual es una mezcla de ésta y ésta, que desarrollé hace un par de años.
[2] Cambiará un poco el perfil gustativo. Y no recomiendo una miel muy fuerte. Pero ¿a quién no le gustan los cacahuetes salados con miel? Pues eso.
[3] Ése concepto que engloba todo tipo de aceites (típicamente de palma, pero nunca sabes). Icks. Pero las no naturales también llevan. Y el "aceite vegetal" está en mil cosas (e.g., Nutella)
[4] La diferencia en este caso respecto a usar un silpat es significativa (al menos en aspecto):
A la izquierda, horneada sobre papel; a la derecha, sobre Silpat
En sabor y textura, no tanto, pero me gusta mucho más el aspecto agrietadito. ¿No os parecen casi profesionales?
[5] Me he comido 3 de las 35 que me han salido y no os cuento la pena que me ha dado empaquetarlas para enviar. Espero que triunfen en sus destinos. Más les vale.

domingo, 5 de mayo de 2013

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Galletas de avena, chocolate y polvos de flan

En el horno gracias a Inés a las 16:52
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Me había desinflado un poco con las recetas pendientes, pero aquí estoy de nuevo. Con galletas. Con galletas de avena. Con galletas de avena y chocolate. Y sí, ya he puesto otra receta parecida aquí. Pero éstas tienen un ingrediente secreto.

Bueno, muy secreto tampoco es, que está en el título.



Los polvos de flan (de vainilla) hacen de estas galletas uno de los dulces más adictivos ever. En teoría, al tener almidón entre sus ingredientes, ayudan a que aguanten tiernas más tiempo. Y sí, es un poco una guarrería usar un preparado para flan para galletas, pero si las probáis, os gustarán. Os gustarán mucho. Yo era la primera excéptica y rehúyo siempre las recetas con ingredientes pre-preparados, pero en este caso, creo que merecen la pena.

Sobre qué polvos de flan usar, pues tampoco os sé decir porque dependerá de lo que encontréis. Aquí en Toulouse, uso unos de Dr. Oetker con ingredientes reales (azúcar, almidón, gelificante, aroma, sal y colorante) que recomienda un sobrecito de 45g de preparado por cada medio litro de leche (y salen cuatro flanes).

Si queréis jugar con la receta, podéis usar polvos de flan de otros sabores y cambiar el chocolate negro por otros añadidos, según vuestros gustos y la imaginación que le echéis.

Y ya sin más, paso a la receta, que no tiene dificultad ninguna.

Ingredientes: (Para unas 45 galletas)

  • 115g de mantequilla en pomada
  • 75g de azúcar blanco
  • 75g de azúcar moreno
  • 1 huevo
  • 120g de copos de avena (quick-cooking mejor que los más gruesos)
  • 100g de harina
  • 1 paquete de polvos de flan de vainilla (de unos 50g)
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 170g de chocolate negro picado
  • 120g de nueces picadas (opcional)


Preparación:

  1. Precalentar el horno a 175ºC. Preparar una bandeja de horno con papel de hornear.
  2. En un bol, mezclar la avena, la harina, los polvos de flan, la sal y el bicarbonato. Reservar.
  3. En otro bol, batir la mantequilla con los dos tipos de azúcar hasta que esté ligera y esponjosa.
  4. Añadir el huevo sin dejar de batir.
  5. Usando una espátula, incorporar la mezcla de harina, el chocolate (y las nueces).
  6. Hacer bolitas de unos 2-3cm de diámetro. Colocar en la bandeja preparada aplanándolas ligeramente y dejando hueco entre ellas (al menos 2-3 cm).
  7. Hornear 10-12 minutos, hasta que estén doraditas pero no duras.
  8. Dejar enfriar en una rejilla.

sábado, 27 de abril de 2013

13

Baci di dama

En el horno gracias a Inés a las 0:34
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Esta receta la tenía marcada desde que la leí en el blog de David Lebovitz (que es, para mí, uno de los "gurúses" de la cocina en general y de la repostería en particular). Y la tenía marcada porque es naturalmente sin gluten (aunque os pongo también una variación no apta para celíacos), y me parecía ideal para enviárselas a la prinzeza azul (M.) de Molinos, para celebrar San Huevo Frito. Al final, por cuestiones de logística, tuvo que ser un poco más tarde, pero sirvió para celebrar también la publicación del libro de Moli (¡yay!).

A lo que vamos. La receta es prácticamente idéntica a la que publicó David Lebovitz y no pensaba subirla precisamente por eso (de ahí que haya pocas fotos). Pero H@n me dijo que la subiera y dado que tengo algunas notas que igual os resultan útiles, pues nada, aquí estamos. En cualquier caso, para las fotos paso a paso, os recomiendo que os paséis por la entrada original, enlazada ahí arriba, al principio del todo.

Antes de pasar a la receta, tengo que explicaros qué son los Baci di dama. Para los que sepáis algo de italiano, sabréis que "baci di dama" se traduce por "besos de dama". Y son unas galletas muy crujientes de avellana sandwicheadas (¡alerta palabro!) con chocolate. El sabor es parecido a la nutella, pero con mucho más sabor a avellana (o eso, o yo me quedé corta con el chocolate). Y son distintas a cualquier otra galleta que yo haya comido en mi vida. Y conviene que lo tengáis en cuenta, porque aunque son riquísimas, llevan trabajo (sin ser difíciles) y si después de todo, resulta que no os gusta la textura... [1] Pues eso.



Ingredientes:

  • 140g de avellanas tostadas y molidas [2]
  • 140g de harina de arroz [3]
  • 100g de mantequilla en pomada
  • 100g de azúcar (gracias, María, por señalar el olvido)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • Agua helada (quizás os haga falta, quizás no; a mí me hizo falta como os cuento un poco más abajo)

Ingredientes para el ganache: [4]

  • 60g de chocolate negro
  • 30g de nata para montar

Preparación:

  1. Mezclamos la harina de arroz con la sal y las avellanas.
  2. Añadimos la mantequilla en trozos y el azúcar.
  3. Amasamos hasta que logremos una masa suave. Si veis que no coopera, que no acaba de ligar más allá de la fase de textura como de arena mojada, hay que añadir agua helada cucharada a cucharada, amasando bien entre medias para no pasarnos con el agua.
  4. Dividimos la masa en cuatro y formamos rollitos largos de unos 2cm de diámetro.
  5. Refrigeramos un par de horas
  6. Precalentamos el horno a 160ºC y preparamos una bandeja de horno con papel de hornear.
  7. Sacando sólo un rollito de la nevera cada vez, hacemos bolitas de unos 5g de peso. Yo lo hice a ojo y me quedaron un poco demasiado grandes. Pensad que os tienen que salir unas 90 bolitas (a mí me salieron 78).
  8. Colocamos en la bandeja, sin dejar mucho espacio entre ellas, ya que no se extienden apenas (y sólo se aplanan por abajo durante el horneado; el objetivo es que queden como semiesferas)
  9. Horneamos entre 10 y 14 minutos (hasta que justo empiezan a tostarse).
  10. Dejamos enfriar totalmente antes de rellenar.


Preparación del ganache y montado final:

Un pequeño ejército de besos viajeros
  1. Picamos el chocolate más o menos finamente y lo reservamos en un bol que aguante el calor.
  2. Calentamos la nata hasta que esté justo a punto de hervir y la vertemos sobre el chocolate.
  3. Lo dejamos reposar un minuto y removemos sin batir hasta que se homogeinice. [5]
  4. Emparejamos las galletas por tamaños, poniendo la mitad boca arriba.
  5. Ponemos 1/2 cucharadita (aprox.) de ganache sobre cada galleta boca-arriba.
  6. Colocamos sus parejas encima y las dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que el ganache cuaje (un par de horas)

Y sólo queda disfrutar. Para reviews, tendréis que preguntar a la Moli, a la princeza M., o a Yamane, que también recibió unas pocas por su cumpleaños.

[1] Le pasó a mi compañera de despacho, por eso os aviso.
[2] Podéis comprar las avellanas crudas, tostarlas en el horno a 190ºC unos minutos (hasta que empiecen a desprender aroma). Según salen del horno, las frotáis con un paño para que se desprenda parte de la piel y las dejáis enfriar. Una vez frías, con el accesorio picador de la batidora, las trituráis, pero ojo, no os paséis, que no queréis hacer mantequilla de avellana. Si no queréis tanta historia, podéis comprar las avellanas ya molidas y, o bien usarlas tal cual, o bien tostar un poco la harina en el horno.
[3] Yo usé harina de arroz glutinoso (y no, aunque tenga ese nombre no tiene gluten -- el nombre es porque es peguntosa), que era la que tenía en casa de cuando hice daifuku mochi. Si no encontráis harina de arroz, podéis usar harina de trigo normal y corriente (mismo peso) pero entonces NO serán besos aptos para celíacos. Ojito con eso.
[4] David Lebovitz usa chocolate fundido sin más, pero teniendo en cuenta la textura de las galletas, en mi opinión, el ganache va mejor.
[5] El ganache es un poco como magia, ya veréis, ya.


viernes, 11 de enero de 2013

5

Galletitas de merengue y chocolate

En el horno gracias a Pétalo a las 20:18
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Estoy en examenes. Y muy, muy, ansiosa con la comida, que es un efecto colateral de estar sentada estudiando aburrida cual mona. La cuestión es que en mi cruzada personal contra los kilos no entra el estar satisfaciendo mis ansias sin ningún tipo de control ni consecuencia, como piensa mi cerebro. Además tengo una filosofía y es que uno no puede aislarse completamente de la comida rica, por muy a dieta que estés. Que vida tan triste, tan gris, no poder comerte absolutamente nada dulce, nada rico. Y además no me funciona, porque me pongo a darle vueltas a las ganas que tengo de comerme algo, y me obsesiono y acabo mandandolo todo a la mierda y poniendome hasta el culo de alguna porquería, en plan bulímica. Así que hace tiempo que pasé de esas restricciones, considero mucho más sano acostumbrarte a integrar esas cositas en tu dieta en cantidades razonables, o como pequeños premios. Y sobre todo, intentando que sean lo menos calóricas posibles. Así que no paro de intentar inventar la pizza light, la tortilla light, las tortitas light. Aceptemoslo, no es lo mismo que las no light. Pero en lo que las haces y te las comes se te pasan las ansias, te sientes mejor contigo misma y no tienes que martirizarte luego. Así que hoy os traigo una recetita bastante light, y espectacular!
Analicemoslo, por qué es light? Bueno, para empezar es merengue. Y el merengue qué es? Claras de huevo! Con azúcar, vale, pero veréis que le vamos a poner poquísima. Y qué más tiene el merengue? AIRE! Muchísimo aire! El aire no engorda, queridas. Además el cacao que he utilizado es sin grasa y sin azúcar. Perfect. Vamos allá.
Como plus, es una receta que se hace en 15 minutos. Solo mancha UN bol. Punto.

Ingredientes:

- 4 claras de huevo.
- 1/3 de taza de azúcar.
- 2 cucharaditas de cacao en polvo.
- Almendritas picadas al gusto ( si le ponéis medio kilo ya no es light).
- Unas gotitas de esencia de vainilla (opcional).
- También podéis ponerle gotitas de chocolate pero yo pasé.

Preparación:

- Precalentamos el horno a 15O grados. Preparamos una bandeja de horno con papel de horno.
 - Ponemos las claras en un bol. Para estas cosas me gusta usar uno metálico frio, las claras estaban recién descongeladas así que también estaban frias, todo es mejor frio. El bol primero lo limpie con unas gotitas de limón y una servilleta para asegurar que no hubiera absolutamente nada de grasa. Y le damos con la batidora de varillas electrica.


        - Cuando las claras estén espumositas y blancas añadimos el azúcar poquito a poco, sin dejar de batir, hasta que quede así:



- Ahora espolvoreamos por encima las dos cucharaditas de cacao, o más si queréis, las almendritas picadas y las gotitas de esencia de vainilla. Y lo integramos todo, con amor, cuidado, y movimientos envolventes. Si le damos mucha caña se nos irá todo el aire y se nos bajará el merengue. Tampoco hace falta que esté super bien mezclados, queda bastante mono que una vez horneados tengan manchitas blancas.



- Con dos cucharitas formamos bolitas en la bandeja del horno y las metemos a hornear durante 45 min. Si las queréis crujientes por fuera pero blanditas por dentro, las sacáis y las ponéis a enfriar en una rejilla. Si las queréis bien sequitas y crujientes, podéis apagar el horno y dejarlas dentro hasta que el horno se enfríe.






Y luego os las coméis, disfrutando de su inexistente peso y de su ligereza en la boquita. Ideales, cariñosas, preciosas y guilty free galletitas de merengue y chocolate:




Receta original (con aporte calórico calculado y todo), aquí.

martes, 2 de octubre de 2012

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Muffins de chocolate y frambuesas

En el horno gracias a Yamane a las 9:00
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Con motivo de la reunión de un montón de chicas majas que forman mi TL, decidí hacer algo rico para llevarles. Estuve pensando y me pareció que lo más cómodo de comer en cualquier lado eran los muffins, aunque no me decidía por una receta. Entonces caí en que el día anterior había comprado una bandejita de frambuesas que estaban de oferta, y muy muy ricas. Y se me encendió la bombilla: ¡frambuesas y chocolate! Una combinación deliciosa, el dulce del chocolate y las frambuesas ligeramente acidillas. Así que me puse a buscar recetillas y esto fue lo que hice.




Ingredientes:


Olvidé la leche...

  • 280g de harina de reposteria
  • 175g de azúcar moreno
  • 4 cucharadas grandes de cacao en polvo
  • 170mL leche
  • 150g de mantequilla fundida
  • 2 huevos grandes
  • 150g de chocolate negro 70% en trozos (yo usé Nestlé postres)
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de levadura en polvo
  • 90g de frambuesas - esto es aproximado... van dos por muffin


Preparación:

  1. Primero mezclamos todos los ingredientes secos. Tamizamos la harina y el cacao, añadimos el azúcar, la levadura y el bicarbonato y mezclamos bien. Echamos el chocolate troceado y más mezcla.
  2. Después batimos los huevos, añadimos la mantequilla derretida (pero no caliente, porque podrían cuajarse los huevos, ojo) y la leche, y mezclamos. Queda muy grumoso, sí, no importa.
  3. Lo siguiente es incorporar los líquidos a los sólidos. Lo vamos añadiendo y mezclamos, pero sin mucho brío, con cuidado. ¡Nada de batir! Mezclar despacito y sin pasarse, que quede integrado, y no pasa nada si queda algún grumo.
  4. Echamos un poquito de masa en cada molde, colocamos dos frambuesas y terminamos de rellenar, hasta 3/4 partes de la capacidad de los moldes, aprox. 
  5. Metemos los moldes en el horno precalentado a 200ºC durante unos 25-30m. 

Y a disfrutar...






sábado, 15 de septiembre de 2012

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Foolproof Brownies

En el horno gracias a Inés a las 22:24
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Por petición popular, he aquí mi receta más usada de brownies. Es una versión simplificada de los Quintuple Chocolate Brownies del libro "Baking from my home to yours" de Dorie Greenspan.

Aquí les añadí crema de speculoos Biscoff
Es una receta súper versátil (abajo os pongo variaciones), increíblemente sencilla, rápida (en veinte minutos, como mucho, los tienes en el horno) y además no ensucias casi nada (un cazo, una cuchara de madera o espátula y el molde que vayáis a usar). Para que os hagáis una idea de lo sencilla que es, hasta mi hermano, que es muy torpe en la cocina (una vez intentó montar claras con la batidora, y no, no con las varillas) ha aprendido a hacerlos. Y aunque durante meses metía la pata con la cantidad de chocolate, seguían saliendo ricos.

Además, los brownies resultantes se congelan estupendamente (en verano, congelados, son un vicio). Y aguantan viajes (sí, es una de mis recetas más viajeras). Estos brownies son tan populares en mi entorno que hasta tengo la receta subida a FB (en dos versiones) para cuando la gente me la pide.

En fin. Paso a la receta sin más dilación. Lo siento, pero no tengo fotos ahora mismo. Prometo hacerlos el próximo finde y actualizar la entrada con fotitos.

Ingredientes:
  • 175g de chocolate negro (yo suelo usar 100g de Lindt 70% repostería y 75g de Nestlé Postres).
  • 115g de mantequilla sin sal.
  • 200g de azúcar.
  • 3 huevos.
  • 60g de harina.
  • 20g de cacao puro en polvo (ojito, no cola-cao, que no es lo mismo).
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1/2 cucharadita de sal
Preparación:
  1. Precalentar el horno a 160ºC.
  2. Engrasar un molde rectangular o cuadrado y forrar con papel de horno, dejando que sobresalga por los laterales (esto es para facilitar el desmoldado). O usar un molde desechable (sin necesidad de engrasarlo o forrarlo).
  3. Poner a fundir la mantequilla con el chocolate en un cazo, a fuego lento, sin remover ni nada.
  4. Cuando esté fundida la mantequilla y casi todo el chocolate, apagar el fuego y remover con una espátula de goma o una cuchara de madera.
  5. Añadir el azúcar. Tendrá un aspecto granulado, es normal.
  6. Incorporar los huevos uno a uno, sin batir. Cuando hayamos añadido el tercero, veremos que la masa cambia de consistencia, que coge más cuerpo y brillo.
  7. Añadir la harina, el cacao y la sal. Podéis tamizarlo todo junto antes de añadirlo, pero no es fundamental.
  8. Verter en el molde y hornear entre 20 minutos (al picharlo con un palillo saldrá con algún resto) y   30 minutos (al pincharlo, el palillo debería salir limpio), según si nos gusta más húmedo o menos.
  9. Dejar enfriar antes de desmoldar (tirando del reborde de papel que habíamos dejado).




Variaciones:
  • La receta original añade 170g de chocolate con leche picado groseramente y un ganache de chocolate blanco (170g de chocolate blanco + 85g de nata hirviendo; mezclar, verter sobre el brownie frío pero sin desmoldar y dejar cuajar a temperatura ambiente).
  • Podéis echarle frambuesas congeladas (enteras o picadas), en lo que yo llamo los Brownies Lujuria.
  • Con extracto de menta tanto en la masa como en el ganache y un poco de colorante verde (o Creme de Menthe), quedan de fábula. Los americanos los llaman "Grasshopper Brownies" pero siguiendo con el tema de los pecados capitales, para mí son Envidia.
  • Con naranja confitada y nueces de pecán quedan buenísimos (Avaricia).
  • Si os gusta experimentar cosas diferentes, podéis añadirle un poco de pimienta de cayena molida (¡poco!) y/o canela (Ira).
  • Cubiertos con una capa de cheesecake quedan de morirse (Pereza). Igual que cubiertos de masa de cookies (Gula). En ambos casos, se extiende por encima antes de hornear.
  • Amarmolados con dulce de leche también son soberbios (guiño, guiño).
  • E incluso a veces los horneo súper finitos como base para tartas (por ejemplo, de mousse de chocolate).
  • ¡Ah! Y si os gusta el chocolate blanco, podéis sustituir el chocolate negro de la receta y el cacao por almendras molidas (mismo peso) y os quedarán unos brownies blancos súper ricos.


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