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lunes, 13 de agosto de 2018

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Bizcochitos de chocolate, romero y aceite de oliva

En el horno gracias a Inés a las 16:33
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¡He vuelto! ¡¡HE VUEEEELTO!!

(o algo)

Eso. Que vuelvo para dejaros una receta de unos bizcochitos que usan aceite de oliva virgen extra (AOVE) como su fuente principal de grasa (no la única). No son aptos para intolerantes a la lactosa porque llevan un poco de mantequilla y yogur. Pero no se trata de eso en este caso. Se trata de jugar con la combinación de sabores chocolate, AOVE y romero. Que sí, que puede sonar sorprendente pero no lo es en absoluto. Las notas florales de los tres elementos juegan muy bien entre sí, y se realzan. Merece la pena probarlos.


Bueno, paso ya a la receta.

Ingredientes:

  • 200g azúcar blanco
  • 225g harina
  • 150g AOVE [1]
  • 45g mantequilla
  • 4 huevos
  • 1 yogur [2]
  • 150g chocolate negro 52% cacao (el típico de repostería -- en particular, la marca blanca de Lidl está muy bien para esto, a mí me gusta mucho más que el Nestlé postres y es más barato)
  • 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • Ralladura de medio limón
  • 2 cucharaditas de romero seco [3]
  • Azúcar adicional para espolvorear [4]

Preparación:
  1. Precalentar el horno a 180ºC. Preparar un molde de muffins con pocitos de papel.
  2. Picar el chocolate no muy fino (a cuchillo), conservando también las virutillas que se formarán. De ese modo la distribución de chocolate será más interesante, encontrando desde trozos medianos derretidos como escamitas repartidas por la masa. Reservar.
  3. Mezclar la harina con la levadura, la sal y el bicarbonato. Reservar.
  4. Fundir la mantequilla y reservar.
  5. En un mortero, machacar el romero con un poco del azúcar y la ralladura de limón. La idea es impregnar los sabores y repartirlos. Si tenéis molinillo de café, os irá de perlas. Pero yo no tengo, así que uso el mortero. No hace falta moler el romero, sólo hacerlo un poco más chiquitillo y, eso, que todo se combine.
  6. Unir estar mezcla al resto del azúcar, añadir los huevos y batirlo todo junto unos cinco minutos con las varillas eléctricas. Queremos que los huevos dupliquen/tripliquen su volumen, se blanqueen y tengan una textura espesa.
  7. Incorporar el aceite y la mantequilla fundida en hilo fino y sin dejar de batir, para que se emulsione correctamente.
  8. Con una espátula de goma y sin batir (usando movimientos envolventes), incorporar 1/3 de la mezcla de harina reservada. Luego, incorporar 1/2 yogur. Repetir alternando acabando con la harina.
  9. Cuando ya no queden restos de harina, incorporar el chocolate.
  10. Repartir en los pocitos de magdalenas llenándolos más o menos hasta 3/4. Con estas cantidades a mí me han salido 16-18, con los moldes bastante llenitos. Espolvorear una puntita de azúcar por encima.
  11. Hornear unos 25 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
  12. Dejar enfriar sobre una rejilla (pero estos se pueden comer calientes).

[1] Que sea un aceite que os guste de sabor. No muy picante, mejor más floral.
[2] Yo uso yogur griego porque es el que tengo en casa. Tiene más grasa y más proteínas que el normal. Pero podéis sustituir por otro normal sin más problemas.
[3] Si hubiera encontrado fresco, habría preferido fresco. Picado muy finito y sin necesidad de pasarlos por el mortero. Pero no he conseguido.
[4] Yo he usado un azúcar moscovado ecológico que encontré en Aldi que tiene cristales gordos y eso ayuda a que la textura final tenga más interés. Pero vale azúcar blanquilla normal y corriente.

PS: Los que me seguís en redes sociales ya sabéis lo que pasó a continuación. Con la humedad y el calor gaditano, para la noche habían perdido el crujiente en la parte de arriba. Y decidí darles un golpe de horno para recuperarlos.

Un golpe.

Un golpecito.

Cuatro minutos después de meterlos, habían pasado de esto:


A esto:


No seáis como yo. No seáis gilipollas. Dejadlos brillar.


Pero no os preocupéis, que en menos de 1h tenía ya otra hornada lista (aún me queda masa en la nevera para los 4-5 extra) y hoy en el hospital me han querido mucho.

jueves, 13 de julio de 2017

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Galletas de vainilla simples (falsas "punitions")

En el horno gracias a Inés a las 23:12
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Las punitions® son unas galletas de la panadería Poîlane (en París). Son galletas muy sencillas, con 4 ingredientes (mantequilla, azúcar, harina y huevo) pero absolutamente deliciosas. Su nombre es un guiño y no son pocas las abuelas parisinas que amenazan a sus nietos con castigarlos y acaban dándoles una de estas galletas.

Pero.

¿Realmente hay un pero? Sí. Son galletas de rodillo y cortapastas.

Y eso tiende a darme pereza. Como ayer, que decidí que no, que tenía que haber una forma menos engorrosa. Y las hibridicé (alerta palabro) con unas sugar-drop cookies (galletas típicas americanas estilo libre). El resultado son unas pastitas de té adorablemente bonitas, riquísimas y altamente adictivas que cualquiera puede hacer. En serio. Cualquiera.

Eso que brilla no es purpurina, es el azúcar

La receta original es de Dorie Greenspan en el libro Paris Sweets (mi ejemplar está en Madrid), pero la técnica que he usado para hacer la masa es más parecida a la de Smitten Kitchen (recetatécnica).

Ingredientes: (para 34 galletas de unos 3cm de diámetro)

  • 140g de mantequilla sin sal (puede estar fría)
  • 125g de azúcar blanco + azúcar blanco adicional para recubrir las galletas antes de hornear
  • 1 huevo
  • 260g de harina
  • 1 cucharadita de pasta de vainilla o las semillas de 1/2 vaina de vainilla (se puede usar extracto u omitir pero merece la pena)
  • 1/2 cucharadita de sal

Preparación:

  1. En el accesorio picador de la batidora (si tenéis food processor mejor, pero esto vale) ponemos el azúcar (primero), la mantequilla, la sal y la vainilla. Vamos dándole poco a poco para que la mantequilla se vaya integrando con el azúcar. En menos de un minuto lo deberíais tener más que de sobras (ya lo veréis).
  2. Cuando se haya integrado, incorporamos el huevo y volvemos a batir/triturar.
  3. En un bol aparte (porque no me cabía en el accesorio picador) incorporamos la harina usando una espátula de goma.
  4. Si hace mucho calor (como ayer en mi casa) refrigeramos unos 30 minutos. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180ºC y preparamos una bandeja de horno con papel de hornear o silpat.
  5. Formamos bolitas con la masa (yo las hago con una cuchara de helados, llena justo al ras de la semiesfera y luego divido cada semiesfera en dos mitades que redondeo entre las manos) y las pasamos por azúcar.
  6. Colocamos en la bandeja preparada y aplastamos (con el culo de un bol, por ejemplo) hasta un grosor de aproximadamente 0,5cm.
  7. Horneamos 15 minutos (como veis en la foto quedan muy blanquitas por arriba pero doradas por abajo).
  8. Dejamos enfriar en una rejilla (seguro que también están ricas calientes, pero yo ayer no probé).

Y nada. Espero que disfrutéis este híbrido. En mi casa ya van a ser de la rotación habitual, porque me parece que van bien con todo (té, café, helado, frutas, nata, chocolate...), son sencillísimas y a mí me han encantado. Y visto que en el hospital me han pedido que haga más, muchas más, que ellos me pagan los ingredientes... Yo diría que mi opinión no es una anomalía.

lunes, 18 de enero de 2016

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Hamburguesas (?) vegetarianas de batata y quinoa

En el horno gracias a Inés a las 21:54
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Pues esta receta llevaba tiempo rondándome la cabeza. He visto cosas parecidas por ejemplo aquí, aquí, aquí o aquí. Hay otras versiones que llevan huevo. Para cocinarlas, algunas se fríen, otras se hornean, otras las dos cosas (mi opción) y me han gustado tanto que no podía no compartir la receta.

Con ensalada de espinacas con vinagre de Módena
y un poco de yogur natural (perdón por la calidad de la foto)

Ingredientes [1]:

  • 1 batata mediana (no la he pesado, sorry, pero no era una cosa gigantesca ni diminuta)
  • 50g de quinoa seca (yo he usado roja, que era lo que había en casa)
  • El doble de volumen de agua de lo que ocupe la quinoa seca
  • 1 chalota (o media cebolla)
  • 1 diente de ajo no muy grande (salvo que el ajo te llame mogollón)
  • Sal, pimienta, cominos molidos, cayena en polvo (al gusto) [2]
  • Aceite de oliva

Preparación:

  1. Cocemos la quinoa según las instrucciones del envase (normalmente es el doble de volumen de agua que de quinoa, llevar a ebullición el agua, echar la quinoa, bajar el fuego y cocer tapado unos 15-20 minutos). Reservamos.
  2. Mientras, pinchamos la batata (con piel y todo) con un tenedor (varias veces, ¡libera tus tensiones apuñalando al pobre tubérculo!) y la metemos en el microondas unos 5-8 minutos. Si no tienes microondas, la puedes asar en el horno unos 40-50 minutos. O pelarla, picarla y cocerla hasta que esté tierna.
  3. Mientras la batata se hace, picamos la cebolla y la ponemos en una sartén con un poco de aceite para que se vaya haciendo despacito. 
  4. Picamos el ajo y cuando la cebolla esté transparente, se echa y se remueve todo durante un minuto. Añadimos el comino y la cayena a esta mezcla. Reservamos.
  5. En un bol, sacamos la carne de la batata y la "escachamos" un poco con un tenedor. Mezclamos con la quinoa cocida y la mezcla de cebolla y ajo. Salpimentamos.
  6. Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos una bandeja con papel de horno y lo pintamos ligeramente con aceite.
  7. Formamos las falsas hamburguesas (hay que mancharse las manos) y las horneamos 18 minutos por cada lado (cuidado al darles la vuelta, que en este momento aún están tiernitas). Ahora se pueden comer ya (y congelar), pero están más buenas con el siguiente paso.
  8. Cuando ya están hechas, ponemos una sartén con un poquito de aceite y freímos las hamburguesas para que queden crujientes por fuera (aproximadamente 1-2 minutos por cada lado).

Y ya. A comer. Con yogur (o salsa de yogur con cosas --- tahini, limón, ajo, aguacate, etc.) están muy ricas.

[1] Con estos ingredientes salen unas 6 hamburguesitas pequeñas/medianas, como 2 por persona para una cena ligera. La próxima vez que haga, yo pienso doblar la receta y congelar algunas. Y sí, si véis las otras recetas enlazadas, en general las cantidades son el doble. Pero para probar, prefiero ir en cantidades pequeñas.
[2] Seguro que se le pueden poner otras especias según lo que te llame (jengibre, por ejemplo). Esto es muy al gusto de cada uno.

domingo, 5 de julio de 2015

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Pseudo Eton Mess con frambuesas y trocitos de merengue de chocolate

Allá por abril, se me ocurrió que este año, para mi cumpleaños, no quería tarta. Quería otra cosa. Algo fresquito, diferente y original. Así que pensé en un Eton Mess casero y diferente.

¿Que qué es el Eton Mess?, os preguntáis. Cito de la wikipedia:

"El eton mess es un postre de origen inglés consistente en una mezcla de fresas, trozos de merengue y nata, que se sirve tradicionalmente en el partido anual de críquet que se celebra el 4 de junio en el Colegio Eton contra los estudiantes del Winchester College. El plato ha sido conocido por este nombre desde el siglo XIX"

Ni yo soy el colegio Eton, ni lo sirvo el 4 de junio (sino el 5 de julio -- aunque mi cumpleaños fue el 23 de junio, temas de logística) ni mi versión se parece realmente a lo que sirven allí. De ahí lo de "pseudo".

¿Qué he hecho?, entonces. Pues he hecho mi relleno del tiramisú (sabayón casero + mascarpone + nata montada), con trocitos de merengue de chocolate y frambuesas. O sea, que es una especie de híbrido entre natillas y mousse, para adultos (llevan ron y el alcohol no desaparece) y con tropezones ricos.

Es una receta un poco más elaborada de lo habitual (porque tiene varios elementos), pero todo se puede hacer con antelación y merece la pena el poquito de esfuerzo.

Sexy dessert is sexy


Ingredientes:

Para los merengues de chocolate [1]:

2 claras de huevo (guardad las yemas para el sabayón)
2 cucharadas de cacao en polvo
50 g de azúcar
50g de azúcar glass

Para el sabayón:

4 yemas de huevo (2 de los huevos del merengue, dos extra -- las claras sobrantes se pueden congelar sin ningún problema y se pueden usar para financiers, macarons o cualquier otra cosa que se os ocurra)
50 g de azúcar
50 ml de ron [2]

Para la crema:

Sabayón
250g de mascarpone
200ml de nata
100g de azúcar
Frambuesas (frescas o congeladas)

Preparación:

Para los merengues de chocolate:

  • Precalentar el horno a 110ºC [3] y preparar dos bandejas de horno con papel de hornear.
  • Tamizar el cacao con el azúcar glas y reservar.
  • Batir las claras hasta que estén casi a punto de nieve.
  • Añadir el azúcar a poquitos, batiendo muy bien. Al final tienes que tener una mezcla brillante que mantenga la forma.
  • Incorporar la mezcla de cacao y azúcar glas con una espátula de goma y sin batir; con movimientos envolventes (algo se bajará, pero tampoco muchísimo).
  • Con una manga pastelera con boquilla circular recta (o con una bolsa de zip a la que se la cortado una esquinita como de 1cm de diámetro), hacer tiras de merengue en las bandejas del horno preparadas con papel. De hecho, basta con que hagáis tiras en una de las dos bandejas (como la mitad del merengue), en la otra podéis hacer mini-merenguitos (tamaño de una moneda de 1 euro, no más grandes que si no no se cocerán a tiempo).
  • Hornear 90 minutos. Apagar el horno y dejar enfriar dentro del horno caliente al menos dos horas (yo los dejé toda la noche).
  • Despegar del papel y cortar (o partir con las manos) en cachitos. Los mini-merengues no hace falta cortarlos, claro. Son para comer tal cual.
Trocitos a la izquierda, en la bolsa, listos para guardar.
Los del bol fueron para comer y decorar cupcakes.

Los merengues se pueden hacer hasta una semana antes (si el ambiente es seco) o varios meses (si se congelan).


Para el sabayón:

  • Poner una cazuelita con agua a hervir para hacer un baño María.

Disquisición: ¿Cómo es un baño María bien hecho?

La idea del baño María es cocinar lo que sea a 100ºC justos. Para eso, al fondo del bol en el que tengáis los ingredientes NO debe estar tocando el agua (ver esquema de la derecha). El vapor está a 100ºC pero el agua se puede calentar más de esa temperatura porque el calor latente de vaporización del agua es mucho mayor que su calor específico y, además, la temperatura de ebullición cambia según la concentración de sales disuelta (fenómeno que se conoce como "aumento ebulloscópico" y que vemos cada vez que echamos sal al agua de cocer pasta) y del grifo no sale agua destilada.

¡Y no hablemos ya de qué temperatura podría alcanzar la mezcla si el bol está tocando el fondo de la cazuela!


Además, conviene que el vapor no se escape por los bordes del bol. Así que es mejor una cazuelita pequeña y un bol grande que al revés. Como en la foto de la izquierda (no, no es mía, pero ésa es la idea).

Fin de la disquisición


  • Cuando el agua esté hirviendo (no antes, porfa, que el azúcar "cocina" las yemas) echar las yemas, el azúcar y el ron en un bol y batir con unas varillas.
  • Poner al baño María sin dejar de batir en ningún momento. En unos 3-4 minutos la mezcla habrá espesado y estará espumosa.
  • Quitar del baño María y seguir batiendo durante al menos otros 3-4 minutos mientras la mezcla se enfría. [4]
El sabayón se puede hacer hasta dos días antes (las yemas se cocinan al baño María, no hay mucho problema) conservándolo en la nevera. También se puede pasar a la preparación de la crema directamente, claro.


Para la crema y el montaje final:

  • Batir el sabayón con el mascarpone y la mitad del azúcar. Reservar.
  • Montar la nata (que debe estar muy fría) con la otra mitad del azúcar. 
  • Incorporar la mezcla de sabayón y mascarpone a la nata montada con movimientos envolventes, para evitar bajarla mucho.
  • Preparar el montaje en copas o en vasos, alternando capas de la crema con frambuesas y trocitos de merengue.
  • Servir frío (mejor dejar reposar toda la noche en la nevera, pero tampoco pasa nada si no).

Salen unas 6 copas "contundentes". En vasos de chupito (con una frambuesa o dos por vasito) probablemente diera para unos 24. Know your audience.

Y nada. Eso. Que lo disfrutéis.
--

[1] Es la mitad de la receta del merengue de la tarta Concorde de Pierre Hermé. Salen más de los necesarios, pero se pueden congelar o simplemente usar para acompañar el café o para picar (son muy adictivos).
[2] Sí, sé que el zabaglione tradicionalmente se hace con Marsala. Podéis ponerle el licor/espirituoso que os guste, pero a mí, para algo con frambuesas y chocolate, me pegaba ron (o cointreau, pero al tener más alcohol, sabe luego más a alcohol el sabayón -- y ya es bastante fuerte así). También se puede usar zumo de naranja sin ningún problema. Y le pega a esta receta tanto o más que el ron.
[3] La receta original del merengue requiere hornearlos a 120ºC pero con la puerta del horno ligeramente abierta. Pero como el horno de mi madre deja de calentar cuando la puerta está abierta (por cuestiones de ahorro energético) no pude hacerlo así. Y mi modo funcionó, así que podéis elegir método.
[4] El sabayón tal cual (recién hecho, aún tibio) se puede comer con fresas y es uno de esos postres decadentes y pecaminosos que... OMG. Pero vamos a hacerlo aún mejor.

domingo, 12 de enero de 2014

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Bizcochitos de cítricos y aceite de oliva

En el horno gracias a Inés a las 21:18
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Hoy os dejo una mini-entrada a petición de Biónica. Esto de poner las fotos en túiter lleva a estas cosas [1].

Estos bizcochitos están buenísimos: son tiernos y con una textura estupenda y la receta es, esencialmente [2], ésta, pero horneada en mi nuevo y maravilloso molde de muffins. Obviamente, no necesitáis ese molde de muffins para tener un resultado más que bueno, pero si los vais a hacer como yo, sin pocitos de papel, aseguraos de engrasar el molde con aceite de oliva. Y yo os recomiendo el glaseado. Les da un toque buenísimo, ligeramente crujiente y potencia el sabor de los cítricos.


Y sin más, la receta.

Así anoto mis recetas (cuando anoto los pasos).
Ingredientes:
  • 190g harina
  • 2 cucharaditas de levadura química tipo Royal
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 150g azúcar
  • 50g miel
  • 3 huevos
  • Ralladura de 1 limón
  • Ralladura de 1 naranja
  • Ralladura de 1 mandarina [3]
  • 60g de leche
  • 160g de aceite de oliva virgen extra (que os guste solo, ojo, que los bizcochitos saben un poco al aceite que uséis)
Ingredientes para el glaseado:
  • Zumo de un limón (todo o parte, según gustos)
  • Dos o tres cucharadas de zumo de naranja
  • Azúcar glass al gusto 
 Preparación:
  • Precalentar el horno a 175ºC.
  • Engrasar un molde de magdalenas con un poco de aceite de oliva. También podéis usar pocitos de papel, claro, pero la conducción del calor no es igual y luego para el glaseado, es más práctico que no tengan papelillo.
  • En un bol, mezclar la harina con la levadura y la sal y reserva.
  • En otro bol (y yo recomiendo, con las varillas eléctricas) batir los huevos con la ralladura, el azúcar y la miel hasta que se hayan blanqueado, estén espesos y hayan duplicado su volumen.
  • Incorporar la leche sin dejar de batir.
  • De nuevo, sin dejar de batir, incorporar el aceite poco a poco ("en hilo fino", que le dicen), para emulsionarlo, como si fuera una mayonesa.
  • Ahora ya, sin batir, sino usando una espátula de goma, añadir la mezcla de harina e incorporarla suavemente, haciendo movimientos envolventes.
  • Verter en los pocitos, llenándolos más o menos 3/4 partes y hornear unos 15 minutos [4], girando la bandeja 180º cuando lleven unos 12 minutos (para que se doren homogéneamente)
  • Mientras se hornean, preparar el glaseado. Para evitar grumos, yo lo hago así:
    • En un bol, echar bastante azúcar glass (como 3/4 de un vaso, en volumen) y añadir el zumo de limón a poquitos, hasta que se haga un engrudo sin grumos.
    • Una vez que ya tenemos una masa más o menos homogénea (pero espesa), ya se puede añadir el zumo de limón más de golpe (pero probadlo para ir viendo si está a vuestro gusto).
    • Cuando esté a vuestro gusto, se añade también un poco de zumo de naranja para aclararlo y darle sabor. No queremos un glaseado muy espeso que luego quede blanco al secarse (aunque fuera así en la receta original), sino algo más ligerito, que empape un poco los bizcochitos pero que además haga una costrita transparente arriba.
  • Sacar los bizcochitos del horno y dejarlos templar 5 minutos antes de desmoldar.
  • Una vez templados, bañar la parte de arriba con el glaseado. Yo les di tres baños, esperando unos 10 minutos entre baño y baño para darle tiempo a que se absorbiera y se secara.
  • Y a disfrutar.
Recién salidos del horno. Sorry, no tengo foto con glaseado

[1] Curiosamente, hoy no he tenido peticiones de recetas ni de los muffins de calabaza con streusel de pacanas, ni de las galletas de avellanas con chocolate, ni las de limón con coco. ¿Estaré perdiendo mis poderes?
[2] No idéntica porque podríamos decir que soy casi incapaz de dejar una receta sin cambiarla.
[3] Si tenéis más (u otros) cítricos en casa (pomelos o limas, por ejemplo), no os cortéis. Echad, echad.
[4] Podéis ver en la receta a mano que, además de cambiar parte del azúcar por miel, no tenía ni idea de cuánto tardarían en hornearse... Y que me llevé una sopresa con que fueran sólo 15 minutos. Al final, es la regla de siempre: hay que pincharlos con un palillo (o un cuchillo finito) y si éste sale limpio, están hechos.

domingo, 13 de octubre de 2013

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Blondies de limón y coco con chocolate blanco

En el horno gracias a Inés a las 21:07
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¿Blondies? –Diréis– ¿Qué es eso? ¿Otro palabro que me tengo que aprender?

Esto son blondies
Los blondies son los primos rubios de los brownies. Son dulces sin levadura, que tratan de imitar la textura de los brownies pero sin el chocolate fundido en la masa que da a los brownies su textura y su color marrón[1]. Y los de hoy, lo logran. Maravillosamente (dijo ella, mientras se comía dos para cenar).

Muy fotogénicos no son. Esto es lo mejor que he sabido hacer


Sin más preámbulo, os dejo la receta[2]. Fácil, rápida y muy resultona. Por supuesto, os tienen que gustar los ingredientes principales, porque estos blondies saben a coco, a limón y a chocolate blanco.

Ingredientes:
  • 125g mantequilla
  • 200g azúcar
  • 2 huevos
  • 125g harina
  • 45g coco seco rallado/en polvo
  • Ralladura de 1 limón
  • 30ml zumo de limón (algo menos de 1 limón, pero depende del limón)
  • 1pizca de sal
  • 140g chocolate blanco picado en trozos medianos (más grande que las gotas típicas, pero no gigantes)
  • Un poco de coco adicional para espolvorear por encima (opcional)
Preparación:
  • Precalentar el horno a 180ºC.
  • Preparar un molde cuadrado de 20cm con papel de horno, dejando sobrante por los lados para facilitar el desmoldado. No hace falta engrasarlo, que la receta ya lleva mantequilla de sobra.
  • En un bol, frotar el azúcar con la ralladura para desprender aroma. Reservar.
  • En otro, mezclar la harina con el coco y la sal. Reservar.
  • Fundir la mantequilla en un cazo a fuego medio.
  • Cuando esté derretida, apagar el fuego y añadir el zumo de limón y el azúcar.
  • Incorporar los huevos uno a uno, sin batir en exceso.
  • Añadir la mezcla de harina y coco y luego el chocolate blanco.
  • Verter en el molde, espolvorear con el coco adicional y hornear unos 20-25 minutos, hasta que esté dorado y al pincharlo con un palillo, éste salga limpio.
  • Dejar templar y desmoldar usando el papel para levantar los blondies del molde.
  • Cuando estén fríos, cortar en cuadraditos (yo hago 16 trozos), y disfrutar :)


[1] En un libro del año de la pera de mi madre, sale una receta para hacer "marroncitos". Una lástima que no arraigara, la verdad.
[2] Es una modificación de ésta, en la que hago sólo la mitad, reduzco un poco la cantidad de azúcar y añado el chocolate blanco. ¡Oh! Y reordeno la forma de incorporar los ingredientes. Vamos, que hago lo de siempre con las recetas: hacerla a mi modo.

domingo, 29 de septiembre de 2013

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Mis Sumbitches. O lo que es lo mismo: galletas de mantequilla de cacahuete con chocolate

En el horno gracias a Inés a las 21:08
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En el regreso de "Cómo conocí a vuestra madre", en su última temporada, hemos conocido a la famosísima Madre. Y (espero que nadie considere esto spoilers) hace galletas. En particular unas galletas con mantequilla de cacahuete, chocolate y caramelo que denomina "Sumbitches" (lo que viene a ser "japutas").


Tras la emisión del capítulo, Jonatan Sark enlazó la receta oficial, mencionando que le resultaba parecida a mis galletas. Pero ¡oh! yo no había subido mi receta de galletas de mantequilla de cacahuete con chocolate. Así que había que solucionarlo.



A diferencia de la oficial, la mía no lleva trozos de caramelos. Pero, para aumentar el sabor de caramelo, he jugado con mi receta habitual [1] para que sepa más a caramelo, usando sólo azúcar moreno y añadiendo un poco de Lyle's Golden Syrup (que podéis encontrar en tiendas especializadas o internacionales; pero que podéis sustituir con miel [2]).

La lata a la derecha. Una vez abierto, me gusta ponerlo en un frasco.
Además, así veis el color, verdaderamente dorado.

Además, quiero aclarar que la mantequilla de cacahuete que yo uso es del tipo "natural" (sólo lleva cacahuetes, sal y aceite vegetal [3] para estabilizar) y que además tiene trocitos (con lo que entraría en la categoría "crujiente"). Las marcas americanas (Jiffy, Skippy, etc.) suelen llevar mil cosas más (entre ellas, azúcar). Servirían sin problemas, pero yo prefiero la versión natural (de hecho, para comer, es la única que me gusta). ¡Oh! Y otra aclaración. El chocolate. Yo uso 70% para esta receta, porque quiero algo que dé un contraste fuerte con los cacahuetes. Pero en los EE.UU., la pareja típica de la mantequilla de cacahuete es el chocolate con leche. Si os llama, adelante yo no os voy a decir que no. Pero probad alguna vez con chocolate negro. Y ya me diréis qué os parece.
Las estrellas de estas galletas

Y creo que con estas aclaraciones podemos pasar a la receta.

Ingredientes:
  • 115g de mantequilla en pomada
  • 200g de mantequilla de cacahuete
  • 220g de azúcar moreno
  • 25g de Lyle's Golden Syrup (o miel en su defecto)
  • 1 huevo
  • 150g de harina
  • 180g de chocolate negro 70% picado groseramente
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1 cucharadita de vainilla
Preparación:
  • Mezclar en un bol la harina con el bicarbonato y la levadura.
  • Batir la mantequilla con la mantequilla de cacahuete, el azúcar y el sirope hasta que esté cremosa y ligera.
  • Incorporar el huevo y la vainilla sin dejar de batir.
  • Con una espátula de goma, incorporar la harina y el chocolate.
  • Refrigerar al menos 2h (pero mejor toda la noche o hasta 36h).
Pre-enfriado
  • Precalentar el horno a 175ºC y preparar una bandeja con papel de hornear [4]
  • Hacer bolitas de unos 25-30g.
A mí me han salido 35 como éstas
  • Colocar en la bandeja de horno dejando bastante hueco entre ellas (caben no más de 12 en un horno normal) y aplastándolas ligeramente.
Preparadas para el horno. Ojo a la nota [4] un poco más abajo
  • Hornear de 10 a 12 minutos, hasta que estén empezando a dorarse en los bordes (yo las he horneado 9 minutos, luego he girado la bandeja 180º y otros 3 minutos de horneado, para que queden más o menos homogéneamente doradas).
Reposando
  • Dejar enfriar en la bandeja al menos 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla (esto es importantísimo porque las galletas no tienen mucha harina y recién hechas son bastante frágiles).
Y ya enfriándose en la rejilla
Y ya está. Yo os recomendaría compartirlas porque son una bomba. Pero igual os cuesta. A mí me ha costado. MUCHO. [5]

[1] Mi receta habitual es una mezcla de ésta y ésta, que desarrollé hace un par de años.
[2] Cambiará un poco el perfil gustativo. Y no recomiendo una miel muy fuerte. Pero ¿a quién no le gustan los cacahuetes salados con miel? Pues eso.
[3] Ése concepto que engloba todo tipo de aceites (típicamente de palma, pero nunca sabes). Icks. Pero las no naturales también llevan. Y el "aceite vegetal" está en mil cosas (e.g., Nutella)
[4] La diferencia en este caso respecto a usar un silpat es significativa (al menos en aspecto):
A la izquierda, horneada sobre papel; a la derecha, sobre Silpat
En sabor y textura, no tanto, pero me gusta mucho más el aspecto agrietadito. ¿No os parecen casi profesionales?
[5] Me he comido 3 de las 35 que me han salido y no os cuento la pena que me ha dado empaquetarlas para enviar. Espero que triunfen en sus destinos. Más les vale.

domingo, 5 de mayo de 2013

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Galletas de avena, chocolate y polvos de flan

En el horno gracias a Inés a las 16:52
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Me había desinflado un poco con las recetas pendientes, pero aquí estoy de nuevo. Con galletas. Con galletas de avena. Con galletas de avena y chocolate. Y sí, ya he puesto otra receta parecida aquí. Pero éstas tienen un ingrediente secreto.

Bueno, muy secreto tampoco es, que está en el título.



Los polvos de flan (de vainilla) hacen de estas galletas uno de los dulces más adictivos ever. En teoría, al tener almidón entre sus ingredientes, ayudan a que aguanten tiernas más tiempo. Y sí, es un poco una guarrería usar un preparado para flan para galletas, pero si las probáis, os gustarán. Os gustarán mucho. Yo era la primera excéptica y rehúyo siempre las recetas con ingredientes pre-preparados, pero en este caso, creo que merecen la pena.

Sobre qué polvos de flan usar, pues tampoco os sé decir porque dependerá de lo que encontréis. Aquí en Toulouse, uso unos de Dr. Oetker con ingredientes reales (azúcar, almidón, gelificante, aroma, sal y colorante) que recomienda un sobrecito de 45g de preparado por cada medio litro de leche (y salen cuatro flanes).

Si queréis jugar con la receta, podéis usar polvos de flan de otros sabores y cambiar el chocolate negro por otros añadidos, según vuestros gustos y la imaginación que le echéis.

Y ya sin más, paso a la receta, que no tiene dificultad ninguna.

Ingredientes: (Para unas 45 galletas)

  • 115g de mantequilla en pomada
  • 75g de azúcar blanco
  • 75g de azúcar moreno
  • 1 huevo
  • 120g de copos de avena (quick-cooking mejor que los más gruesos)
  • 100g de harina
  • 1 paquete de polvos de flan de vainilla (de unos 50g)
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 170g de chocolate negro picado
  • 120g de nueces picadas (opcional)


Preparación:

  1. Precalentar el horno a 175ºC. Preparar una bandeja de horno con papel de hornear.
  2. En un bol, mezclar la avena, la harina, los polvos de flan, la sal y el bicarbonato. Reservar.
  3. En otro bol, batir la mantequilla con los dos tipos de azúcar hasta que esté ligera y esponjosa.
  4. Añadir el huevo sin dejar de batir.
  5. Usando una espátula, incorporar la mezcla de harina, el chocolate (y las nueces).
  6. Hacer bolitas de unos 2-3cm de diámetro. Colocar en la bandeja preparada aplanándolas ligeramente y dejando hueco entre ellas (al menos 2-3 cm).
  7. Hornear 10-12 minutos, hasta que estén doraditas pero no duras.
  8. Dejar enfriar en una rejilla.

sábado, 27 de abril de 2013

13

Baci di dama

En el horno gracias a Inés a las 0:34
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Esta receta la tenía marcada desde que la leí en el blog de David Lebovitz (que es, para mí, uno de los "gurúses" de la cocina en general y de la repostería en particular). Y la tenía marcada porque es naturalmente sin gluten (aunque os pongo también una variación no apta para celíacos), y me parecía ideal para enviárselas a la prinzeza azul (M.) de Molinos, para celebrar San Huevo Frito. Al final, por cuestiones de logística, tuvo que ser un poco más tarde, pero sirvió para celebrar también la publicación del libro de Moli (¡yay!).

A lo que vamos. La receta es prácticamente idéntica a la que publicó David Lebovitz y no pensaba subirla precisamente por eso (de ahí que haya pocas fotos). Pero H@n me dijo que la subiera y dado que tengo algunas notas que igual os resultan útiles, pues nada, aquí estamos. En cualquier caso, para las fotos paso a paso, os recomiendo que os paséis por la entrada original, enlazada ahí arriba, al principio del todo.

Antes de pasar a la receta, tengo que explicaros qué son los Baci di dama. Para los que sepáis algo de italiano, sabréis que "baci di dama" se traduce por "besos de dama". Y son unas galletas muy crujientes de avellana sandwicheadas (¡alerta palabro!) con chocolate. El sabor es parecido a la nutella, pero con mucho más sabor a avellana (o eso, o yo me quedé corta con el chocolate). Y son distintas a cualquier otra galleta que yo haya comido en mi vida. Y conviene que lo tengáis en cuenta, porque aunque son riquísimas, llevan trabajo (sin ser difíciles) y si después de todo, resulta que no os gusta la textura... [1] Pues eso.



Ingredientes:

  • 140g de avellanas tostadas y molidas [2]
  • 140g de harina de arroz [3]
  • 100g de mantequilla en pomada
  • 100g de azúcar (gracias, María, por señalar el olvido)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • Agua helada (quizás os haga falta, quizás no; a mí me hizo falta como os cuento un poco más abajo)

Ingredientes para el ganache: [4]

  • 60g de chocolate negro
  • 30g de nata para montar

Preparación:

  1. Mezclamos la harina de arroz con la sal y las avellanas.
  2. Añadimos la mantequilla en trozos y el azúcar.
  3. Amasamos hasta que logremos una masa suave. Si veis que no coopera, que no acaba de ligar más allá de la fase de textura como de arena mojada, hay que añadir agua helada cucharada a cucharada, amasando bien entre medias para no pasarnos con el agua.
  4. Dividimos la masa en cuatro y formamos rollitos largos de unos 2cm de diámetro.
  5. Refrigeramos un par de horas
  6. Precalentamos el horno a 160ºC y preparamos una bandeja de horno con papel de hornear.
  7. Sacando sólo un rollito de la nevera cada vez, hacemos bolitas de unos 5g de peso. Yo lo hice a ojo y me quedaron un poco demasiado grandes. Pensad que os tienen que salir unas 90 bolitas (a mí me salieron 78).
  8. Colocamos en la bandeja, sin dejar mucho espacio entre ellas, ya que no se extienden apenas (y sólo se aplanan por abajo durante el horneado; el objetivo es que queden como semiesferas)
  9. Horneamos entre 10 y 14 minutos (hasta que justo empiezan a tostarse).
  10. Dejamos enfriar totalmente antes de rellenar.


Preparación del ganache y montado final:

Un pequeño ejército de besos viajeros
  1. Picamos el chocolate más o menos finamente y lo reservamos en un bol que aguante el calor.
  2. Calentamos la nata hasta que esté justo a punto de hervir y la vertemos sobre el chocolate.
  3. Lo dejamos reposar un minuto y removemos sin batir hasta que se homogeinice. [5]
  4. Emparejamos las galletas por tamaños, poniendo la mitad boca arriba.
  5. Ponemos 1/2 cucharadita (aprox.) de ganache sobre cada galleta boca-arriba.
  6. Colocamos sus parejas encima y las dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que el ganache cuaje (un par de horas)

Y sólo queda disfrutar. Para reviews, tendréis que preguntar a la Moli, a la princeza M., o a Yamane, que también recibió unas pocas por su cumpleaños.

[1] Le pasó a mi compañera de despacho, por eso os aviso.
[2] Podéis comprar las avellanas crudas, tostarlas en el horno a 190ºC unos minutos (hasta que empiecen a desprender aroma). Según salen del horno, las frotáis con un paño para que se desprenda parte de la piel y las dejáis enfriar. Una vez frías, con el accesorio picador de la batidora, las trituráis, pero ojo, no os paséis, que no queréis hacer mantequilla de avellana. Si no queréis tanta historia, podéis comprar las avellanas ya molidas y, o bien usarlas tal cual, o bien tostar un poco la harina en el horno.
[3] Yo usé harina de arroz glutinoso (y no, aunque tenga ese nombre no tiene gluten -- el nombre es porque es peguntosa), que era la que tenía en casa de cuando hice daifuku mochi. Si no encontráis harina de arroz, podéis usar harina de trigo normal y corriente (mismo peso) pero entonces NO serán besos aptos para celíacos. Ojito con eso.
[4] David Lebovitz usa chocolate fundido sin más, pero teniendo en cuenta la textura de las galletas, en mi opinión, el ganache va mejor.
[5] El ganache es un poco como magia, ya veréis, ya.


miércoles, 24 de abril de 2013

15

Muffins de fresa y ricotta

En el horno gracias a Inés a las 9:00
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Lo prometido es deuda y aquí la receta de muffins primaverales que os prometí el otro día.



Estos muffins los hago todas las primaveras, en cuanto el fresón empieza a estar razonable de precio porque siempre salen buenísimos y, para mí, concentran la felicidad primaveral en un formato compacto (y razonablemente sano). Son unos muffins súper tiernos y ligeros, jugosos y con el sabor reconcentrado de las fresas al haberlas cocinado. Son de mis favoritos, la verdad.


Sé que congelan estupendamente (porque lo he hecho) y, aunque normalmente no los envío por correo por lo tiernísimos que son (y porque me fío poco de las fresas), ésta vez he probado. Y aquí estoy comiéndome las uñas pensando si llegarán bien o no. [1] Cuando tenga noticias del destinatario, avisaré oportunamente de si son aptos o no para el envío. En cualquier caso, si los hacéis, os aviso de que es difícil resistirse al olor. Y no me sorprendería nada de que os comierais dos o tres aún templados del horno.

El libro del que saqué la receta [2], aparte de ponerles más azúcar, sugiere servirlos con una crema inglesa. Pero ni os molestéis, la verdad. No merece la pena. Mucho mejor desayunarlos un día de esos que empiezan torcidos, quizás de camino al curro. Así, hasta los lunes empiezan mejor.


Ingredientes (para 12 muffins):


    • 260g de harina
    • 2 cucharaditas de levadura
    • 1/2 cucharadita de sal
    • 1/2 cucharadita de bicarbonato
    • 200g de fresón picado en trozos pequeños (no diminutos, no sé, en torno 1cm o 1.5cm)
    • 160g de azúcar (más algo de azúcar adicional para espolvorear)
    • 250g de ricotta (la receta original sugiere yogur y también salen genial)
    • 1 huevo
    • 100ml de aceite de sabor neutro (yo suelo usar de oliva suave o de girasol)
    • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
    • 1 cucharada de vinagre (yo recomiendo de manzana mejor que de jerez) [3]



    Preparación:


        1. Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos un molde con pocitos de papel y/o lo engrasamos ligeramente.
        2. En un bol, mezclamos todos los ingredientes secos (harina, levadura, sal y bicarbonato) y las fresas. [4]
        3. En otro bol, batimos el resto de ingredientes hasta homogeneizar.
        4. Incorporamos los ingredientes secos a los húmedos con una espátula y sin batir. Como siempre digo, mejor que queden algunos rastros de harina que no pasarnos batiendo.
        5. Repartimos en los moldes, espolvoreamos un poquito de azúcar encima de cada uno y horneamos 20-25 minutos (hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio).
        6. Dejamos templar [5] y desmoldamos. 


      Pues nada, eso es todo por hoy. Pero no he acabado ni de lejos con las recetas pendientes.


      [1] Los de limón también viajaron, pero de esos me fío más, la verdad. Al no tener nada húmedo expuesto (salvo la lemon curd, que es una conserva), no creo que corran el riesgo de llegar con "pelito". Con las fresas, nunca se sabe, igual me juegan una mala pasada.
      [2] Libro hortera donde los haya, pero las recetas son muy decentes en general.
      [3] El vinagre nos interesa sobre todo si usamos ricotta, para que reaccione con el bicarbonato. Con el yogur, hace menos falta (que ya es ácido), pero tampoco está de más y no se nota en el sabor.
      [4] Al mezclar las fresas con la harina, evitamos que se nos vayan al fondo del todo durante el horneado.
      [5] En este caso, lo de dejarlos enfriar es porque las fresas básicamente se funden en el horneado y, si no esperamos, podemos aplastar los muffins un poco. Tampoco os vais a morir por esperar un poco, ¿no? Y sí, sé cómo huelen, no hace falta que vengáis a contármelo. Si no vais a esperar, que sepáis que con helado de vainilla o con nata montada (de la de verdad, no la de spray) están de morirse. Pero, como ya os he dicho, no les hace falta ningún adorno.


      domingo, 21 de abril de 2013

      8

      Muffins de limón y chocolate blanco

      En el horno gracias a Inés a las 23:32
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      Por unas cosas o por otras, llevo mil sin postear. Lo siento. Pero he decidido redimirme y quiero subir las mil millones (¿exagerada yo?) de recetas que tengo pendientes en las próximas semanas. Espero que mis co-bloggers no me maten por ello.



      Para empezar, unos muffins un poco especiales [1]. No porque sean complicados, sino porque la combinación de sabores (limón y chocolate blanco) no es habitual. ¡Aunque debería serlo! Porque está buenísima.


      Un par de recomendaciones antes de pasar a la receta:

      1. Como para todos los muffins, una vez que incorporamos los ingredientes secos a los húmedos, no conviene pasarse removiendo. ¿Por qué? Porque si lo batimos o lo removemos en exceso, se acaba formando gluten, haciendo que los muffins resultantes queden más gomosos y firmes, que no es lo que buscamos. Queremos muffins tiernitos y con un ligero crujido en la parte de arriba (o muffin top), de ahí que para mucha gente la parte de arriba sea su favorita.
      2. Para evitar que tengáis que limpiar el horno, no hagáis como yo y poned un poco de papel de aluminio debajo del molde de magdalenas que utilicéis (que sobresalga por los bordes). Trust me, lo agradeceréis.

      Y ya, sin más, pasamos a la receta. 

      Ingredientes (para 12 muffins hermosotes):
      • 100g de mantequilla fundida
      • 250g de harina
      • 1 cucharadita de levadura [2]
      • 1/2 cucharadita de sal [2]
      • 1/2 cucharadita de bicarbonato [2]
      • 2 huevos
      • 150g de yogur (o, si no queréis gastar un yogur y un poquito, 125g de yogur + 25g de leche)
      • 150g de azúcar
      • Ralladura de 1 limón
      • Zumo de 1 limón pequeño
      • 120g de chocolate blanco (en gotas o picado)
      • Lemon curd (menos de 1/2 cucharadita por muffin)

      Preparación:

      1. Precalentamos el horno a 200ºC. Preparamos un molde de 12 magdalenas con pocitos de papel o lo engrasamos muy bien. [3]
      2. En un bol, mezclamos la harina con la levadura, la sal, el bicarbonato y el chocolate blanco. Reservamos.
      3. En otro bol, batimos el resto de ingredientes hasta homogeneizarlo. No os molestéis en sacar las varillas eléctricas, para una receta de muffins nunca merece la pena. Un poquito de brazo y en un minutillo, listo.
      4. Incorporamos los ingredientes secos a los húmedos con una espátula, sin batir. No os preocupéis si quedan algunos restos de harina sin incorporar, mejor eso que pasarse.
      5. Repartimos en los pocitos.
      6. Sobre cada muffin, vertemos algo menos de 1/2 cucharadita de lemon curd, que se caramelizará durante el horneado (y probablemente, parte se salga --- a mí me pasó, por eso lo de poner papel de aluminio debajo). [4]
      7. Hornear unos 18-20 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo o cuchillo afilado, éste salga limpio.
      8. Dejar templar antes de desmoldar, que las quemaduras de caramelo son muy chungas y la lemon curd es básicamente caramelo con sabor a limón al salir del horno)




      Y nada, eso es todo. En un par de días, otra receta de muffins muy primaverales.

      Sí, los próximos, esos que se intuyen alrededor de los de limón

      [1] Lo habréis notado en el post, pero para mí, "muffin" es masculino. "Cupcake", por otro lado, es femenino en mi mente. My mind works in misterious ways. Y sí, muffin. Que no es lo mismo que magdalena ni en preparación, ni en ingredientes, ni en textura, ni en nada. Que todo (incluyendo las cupcakes) tenga la misma forma (más o menos) y se haga con los mismos pocitos y en el mismo molde no significa que sean lo mismo.

      [2] En realidad, la levadura, bicarbonato, sal y especias van siempre a ojímetro en mis recetas. Pero se corresponden más o menos a esas cantidades.

      [3] En mi caso, como he usado unos pocitos más bajitos de lo habitual, he engrasado el molde por si acaso. Y menos mal. Porque si no, a ver quién hubiese podido desmoldarlos.

      [4] Si no tenéis lemon curd, podéis espolvorear un poquito de azúcar por encima. No serán tan de limón, pero quedarán ricos igual.







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