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lunes, 13 de agosto de 2018

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Bizcochitos de chocolate, romero y aceite de oliva

En el horno gracias a Inés a las 16:33
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¡He vuelto! ¡¡HE VUEEEELTO!!

(o algo)

Eso. Que vuelvo para dejaros una receta de unos bizcochitos que usan aceite de oliva virgen extra (AOVE) como su fuente principal de grasa (no la única). No son aptos para intolerantes a la lactosa porque llevan un poco de mantequilla y yogur. Pero no se trata de eso en este caso. Se trata de jugar con la combinación de sabores chocolate, AOVE y romero. Que sí, que puede sonar sorprendente pero no lo es en absoluto. Las notas florales de los tres elementos juegan muy bien entre sí, y se realzan. Merece la pena probarlos.


Bueno, paso ya a la receta.

Ingredientes:

  • 200g azúcar blanco
  • 225g harina
  • 150g AOVE [1]
  • 45g mantequilla
  • 4 huevos
  • 1 yogur [2]
  • 150g chocolate negro 52% cacao (el típico de repostería -- en particular, la marca blanca de Lidl está muy bien para esto, a mí me gusta mucho más que el Nestlé postres y es más barato)
  • 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • Ralladura de medio limón
  • 2 cucharaditas de romero seco [3]
  • Azúcar adicional para espolvorear [4]

Preparación:
  1. Precalentar el horno a 180ºC. Preparar un molde de muffins con pocitos de papel.
  2. Picar el chocolate no muy fino (a cuchillo), conservando también las virutillas que se formarán. De ese modo la distribución de chocolate será más interesante, encontrando desde trozos medianos derretidos como escamitas repartidas por la masa. Reservar.
  3. Mezclar la harina con la levadura, la sal y el bicarbonato. Reservar.
  4. Fundir la mantequilla y reservar.
  5. En un mortero, machacar el romero con un poco del azúcar y la ralladura de limón. La idea es impregnar los sabores y repartirlos. Si tenéis molinillo de café, os irá de perlas. Pero yo no tengo, así que uso el mortero. No hace falta moler el romero, sólo hacerlo un poco más chiquitillo y, eso, que todo se combine.
  6. Unir estar mezcla al resto del azúcar, añadir los huevos y batirlo todo junto unos cinco minutos con las varillas eléctricas. Queremos que los huevos dupliquen/tripliquen su volumen, se blanqueen y tengan una textura espesa.
  7. Incorporar el aceite y la mantequilla fundida en hilo fino y sin dejar de batir, para que se emulsione correctamente.
  8. Con una espátula de goma y sin batir (usando movimientos envolventes), incorporar 1/3 de la mezcla de harina reservada. Luego, incorporar 1/2 yogur. Repetir alternando acabando con la harina.
  9. Cuando ya no queden restos de harina, incorporar el chocolate.
  10. Repartir en los pocitos de magdalenas llenándolos más o menos hasta 3/4. Con estas cantidades a mí me han salido 16-18, con los moldes bastante llenitos. Espolvorear una puntita de azúcar por encima.
  11. Hornear unos 25 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
  12. Dejar enfriar sobre una rejilla (pero estos se pueden comer calientes).

[1] Que sea un aceite que os guste de sabor. No muy picante, mejor más floral.
[2] Yo uso yogur griego porque es el que tengo en casa. Tiene más grasa y más proteínas que el normal. Pero podéis sustituir por otro normal sin más problemas.
[3] Si hubiera encontrado fresco, habría preferido fresco. Picado muy finito y sin necesidad de pasarlos por el mortero. Pero no he conseguido.
[4] Yo he usado un azúcar moscovado ecológico que encontré en Aldi que tiene cristales gordos y eso ayuda a que la textura final tenga más interés. Pero vale azúcar blanquilla normal y corriente.

PS: Los que me seguís en redes sociales ya sabéis lo que pasó a continuación. Con la humedad y el calor gaditano, para la noche habían perdido el crujiente en la parte de arriba. Y decidí darles un golpe de horno para recuperarlos.

Un golpe.

Un golpecito.

Cuatro minutos después de meterlos, habían pasado de esto:


A esto:


No seáis como yo. No seáis gilipollas. Dejadlos brillar.


Pero no os preocupéis, que en menos de 1h tenía ya otra hornada lista (aún me queda masa en la nevera para los 4-5 extra) y hoy en el hospital me han querido mucho.

lunes, 18 de enero de 2016

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Hamburguesas (?) vegetarianas de batata y quinoa

En el horno gracias a Inés a las 21:54
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Pues esta receta llevaba tiempo rondándome la cabeza. He visto cosas parecidas por ejemplo aquí, aquí, aquí o aquí. Hay otras versiones que llevan huevo. Para cocinarlas, algunas se fríen, otras se hornean, otras las dos cosas (mi opción) y me han gustado tanto que no podía no compartir la receta.

Con ensalada de espinacas con vinagre de Módena
y un poco de yogur natural (perdón por la calidad de la foto)

Ingredientes [1]:

  • 1 batata mediana (no la he pesado, sorry, pero no era una cosa gigantesca ni diminuta)
  • 50g de quinoa seca (yo he usado roja, que era lo que había en casa)
  • El doble de volumen de agua de lo que ocupe la quinoa seca
  • 1 chalota (o media cebolla)
  • 1 diente de ajo no muy grande (salvo que el ajo te llame mogollón)
  • Sal, pimienta, cominos molidos, cayena en polvo (al gusto) [2]
  • Aceite de oliva

Preparación:

  1. Cocemos la quinoa según las instrucciones del envase (normalmente es el doble de volumen de agua que de quinoa, llevar a ebullición el agua, echar la quinoa, bajar el fuego y cocer tapado unos 15-20 minutos). Reservamos.
  2. Mientras, pinchamos la batata (con piel y todo) con un tenedor (varias veces, ¡libera tus tensiones apuñalando al pobre tubérculo!) y la metemos en el microondas unos 5-8 minutos. Si no tienes microondas, la puedes asar en el horno unos 40-50 minutos. O pelarla, picarla y cocerla hasta que esté tierna.
  3. Mientras la batata se hace, picamos la cebolla y la ponemos en una sartén con un poco de aceite para que se vaya haciendo despacito. 
  4. Picamos el ajo y cuando la cebolla esté transparente, se echa y se remueve todo durante un minuto. Añadimos el comino y la cayena a esta mezcla. Reservamos.
  5. En un bol, sacamos la carne de la batata y la "escachamos" un poco con un tenedor. Mezclamos con la quinoa cocida y la mezcla de cebolla y ajo. Salpimentamos.
  6. Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos una bandeja con papel de horno y lo pintamos ligeramente con aceite.
  7. Formamos las falsas hamburguesas (hay que mancharse las manos) y las horneamos 18 minutos por cada lado (cuidado al darles la vuelta, que en este momento aún están tiernitas). Ahora se pueden comer ya (y congelar), pero están más buenas con el siguiente paso.
  8. Cuando ya están hechas, ponemos una sartén con un poquito de aceite y freímos las hamburguesas para que queden crujientes por fuera (aproximadamente 1-2 minutos por cada lado).

Y ya. A comer. Con yogur (o salsa de yogur con cosas --- tahini, limón, ajo, aguacate, etc.) están muy ricas.

[1] Con estos ingredientes salen unas 6 hamburguesitas pequeñas/medianas, como 2 por persona para una cena ligera. La próxima vez que haga, yo pienso doblar la receta y congelar algunas. Y sí, si véis las otras recetas enlazadas, en general las cantidades son el doble. Pero para probar, prefiero ir en cantidades pequeñas.
[2] Seguro que se le pueden poner otras especias según lo que te llame (jengibre, por ejemplo). Esto es muy al gusto de cada uno.

miércoles, 24 de abril de 2013

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Muffins de fresa y ricotta

En el horno gracias a Inés a las 9:00
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Lo prometido es deuda y aquí la receta de muffins primaverales que os prometí el otro día.



Estos muffins los hago todas las primaveras, en cuanto el fresón empieza a estar razonable de precio porque siempre salen buenísimos y, para mí, concentran la felicidad primaveral en un formato compacto (y razonablemente sano). Son unos muffins súper tiernos y ligeros, jugosos y con el sabor reconcentrado de las fresas al haberlas cocinado. Son de mis favoritos, la verdad.


Sé que congelan estupendamente (porque lo he hecho) y, aunque normalmente no los envío por correo por lo tiernísimos que son (y porque me fío poco de las fresas), ésta vez he probado. Y aquí estoy comiéndome las uñas pensando si llegarán bien o no. [1] Cuando tenga noticias del destinatario, avisaré oportunamente de si son aptos o no para el envío. En cualquier caso, si los hacéis, os aviso de que es difícil resistirse al olor. Y no me sorprendería nada de que os comierais dos o tres aún templados del horno.

El libro del que saqué la receta [2], aparte de ponerles más azúcar, sugiere servirlos con una crema inglesa. Pero ni os molestéis, la verdad. No merece la pena. Mucho mejor desayunarlos un día de esos que empiezan torcidos, quizás de camino al curro. Así, hasta los lunes empiezan mejor.


Ingredientes (para 12 muffins):


    • 260g de harina
    • 2 cucharaditas de levadura
    • 1/2 cucharadita de sal
    • 1/2 cucharadita de bicarbonato
    • 200g de fresón picado en trozos pequeños (no diminutos, no sé, en torno 1cm o 1.5cm)
    • 160g de azúcar (más algo de azúcar adicional para espolvorear)
    • 250g de ricotta (la receta original sugiere yogur y también salen genial)
    • 1 huevo
    • 100ml de aceite de sabor neutro (yo suelo usar de oliva suave o de girasol)
    • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
    • 1 cucharada de vinagre (yo recomiendo de manzana mejor que de jerez) [3]



    Preparación:


        1. Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos un molde con pocitos de papel y/o lo engrasamos ligeramente.
        2. En un bol, mezclamos todos los ingredientes secos (harina, levadura, sal y bicarbonato) y las fresas. [4]
        3. En otro bol, batimos el resto de ingredientes hasta homogeneizar.
        4. Incorporamos los ingredientes secos a los húmedos con una espátula y sin batir. Como siempre digo, mejor que queden algunos rastros de harina que no pasarnos batiendo.
        5. Repartimos en los moldes, espolvoreamos un poquito de azúcar encima de cada uno y horneamos 20-25 minutos (hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio).
        6. Dejamos templar [5] y desmoldamos. 


      Pues nada, eso es todo por hoy. Pero no he acabado ni de lejos con las recetas pendientes.


      [1] Los de limón también viajaron, pero de esos me fío más, la verdad. Al no tener nada húmedo expuesto (salvo la lemon curd, que es una conserva), no creo que corran el riesgo de llegar con "pelito". Con las fresas, nunca se sabe, igual me juegan una mala pasada.
      [2] Libro hortera donde los haya, pero las recetas son muy decentes en general.
      [3] El vinagre nos interesa sobre todo si usamos ricotta, para que reaccione con el bicarbonato. Con el yogur, hace menos falta (que ya es ácido), pero tampoco está de más y no se nota en el sabor.
      [4] Al mezclar las fresas con la harina, evitamos que se nos vayan al fondo del todo durante el horneado.
      [5] En este caso, lo de dejarlos enfriar es porque las fresas básicamente se funden en el horneado y, si no esperamos, podemos aplastar los muffins un poco. Tampoco os vais a morir por esperar un poco, ¿no? Y sí, sé cómo huelen, no hace falta que vengáis a contármelo. Si no vais a esperar, que sepáis que con helado de vainilla o con nata montada (de la de verdad, no la de spray) están de morirse. Pero, como ya os he dicho, no les hace falta ningún adorno.


      domingo, 21 de abril de 2013

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      Muffins de limón y chocolate blanco

      En el horno gracias a Inés a las 23:32
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      Por unas cosas o por otras, llevo mil sin postear. Lo siento. Pero he decidido redimirme y quiero subir las mil millones (¿exagerada yo?) de recetas que tengo pendientes en las próximas semanas. Espero que mis co-bloggers no me maten por ello.



      Para empezar, unos muffins un poco especiales [1]. No porque sean complicados, sino porque la combinación de sabores (limón y chocolate blanco) no es habitual. ¡Aunque debería serlo! Porque está buenísima.


      Un par de recomendaciones antes de pasar a la receta:

      1. Como para todos los muffins, una vez que incorporamos los ingredientes secos a los húmedos, no conviene pasarse removiendo. ¿Por qué? Porque si lo batimos o lo removemos en exceso, se acaba formando gluten, haciendo que los muffins resultantes queden más gomosos y firmes, que no es lo que buscamos. Queremos muffins tiernitos y con un ligero crujido en la parte de arriba (o muffin top), de ahí que para mucha gente la parte de arriba sea su favorita.
      2. Para evitar que tengáis que limpiar el horno, no hagáis como yo y poned un poco de papel de aluminio debajo del molde de magdalenas que utilicéis (que sobresalga por los bordes). Trust me, lo agradeceréis.

      Y ya, sin más, pasamos a la receta. 

      Ingredientes (para 12 muffins hermosotes):
      • 100g de mantequilla fundida
      • 250g de harina
      • 1 cucharadita de levadura [2]
      • 1/2 cucharadita de sal [2]
      • 1/2 cucharadita de bicarbonato [2]
      • 2 huevos
      • 150g de yogur (o, si no queréis gastar un yogur y un poquito, 125g de yogur + 25g de leche)
      • 150g de azúcar
      • Ralladura de 1 limón
      • Zumo de 1 limón pequeño
      • 120g de chocolate blanco (en gotas o picado)
      • Lemon curd (menos de 1/2 cucharadita por muffin)

      Preparación:

      1. Precalentamos el horno a 200ºC. Preparamos un molde de 12 magdalenas con pocitos de papel o lo engrasamos muy bien. [3]
      2. En un bol, mezclamos la harina con la levadura, la sal, el bicarbonato y el chocolate blanco. Reservamos.
      3. En otro bol, batimos el resto de ingredientes hasta homogeneizarlo. No os molestéis en sacar las varillas eléctricas, para una receta de muffins nunca merece la pena. Un poquito de brazo y en un minutillo, listo.
      4. Incorporamos los ingredientes secos a los húmedos con una espátula, sin batir. No os preocupéis si quedan algunos restos de harina sin incorporar, mejor eso que pasarse.
      5. Repartimos en los pocitos.
      6. Sobre cada muffin, vertemos algo menos de 1/2 cucharadita de lemon curd, que se caramelizará durante el horneado (y probablemente, parte se salga --- a mí me pasó, por eso lo de poner papel de aluminio debajo). [4]
      7. Hornear unos 18-20 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo o cuchillo afilado, éste salga limpio.
      8. Dejar templar antes de desmoldar, que las quemaduras de caramelo son muy chungas y la lemon curd es básicamente caramelo con sabor a limón al salir del horno)




      Y nada, eso es todo. En un par de días, otra receta de muffins muy primaverales.

      Sí, los próximos, esos que se intuyen alrededor de los de limón

      [1] Lo habréis notado en el post, pero para mí, "muffin" es masculino. "Cupcake", por otro lado, es femenino en mi mente. My mind works in misterious ways. Y sí, muffin. Que no es lo mismo que magdalena ni en preparación, ni en ingredientes, ni en textura, ni en nada. Que todo (incluyendo las cupcakes) tenga la misma forma (más o menos) y se haga con los mismos pocitos y en el mismo molde no significa que sean lo mismo.

      [2] En realidad, la levadura, bicarbonato, sal y especias van siempre a ojímetro en mis recetas. Pero se corresponden más o menos a esas cantidades.

      [3] En mi caso, como he usado unos pocitos más bajitos de lo habitual, he engrasado el molde por si acaso. Y menos mal. Porque si no, a ver quién hubiese podido desmoldarlos.

      [4] Si no tenéis lemon curd, podéis espolvorear un poquito de azúcar por encima. No serán tan de limón, pero quedarán ricos igual.







      sábado, 29 de septiembre de 2012

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      Muffins de especias

      En el horno gracias a Inés a las 9:00
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      Estos muffins fueron un capricho del miércoles pasado. A última hora de la tarde, en el despacho, me entró mono de algún dulce otoñal. Algo rápido y rico y que no fuera muy terrible si lo tomaba para desayunar.


      Tras una ojeada al libro de Dorie Greenspan "Baking from my home to yours", opté por la receta Allspice crumb muffins, que así aprovechaba para estrenar la pimienta de Jamaica molida que me había traído de la India.

      ¿Pimienta de Jamaica? -- Os oigo preguntaros mentalmente.

      Sí. Lo que en inglés se llama allspice me chiva la wikipedia que es pimienta de Jamaica en español. Y diréis, ¿y qué es eso? Pues es una especia (¡qué sorpresa, ¿eh?!) que tiene un aroma muy particular. Se consigue un efecto similar combinando canela, nuez moscada y clavo molido, que ha sido mi allspice casero hasta ahora mismo. De hecho, hasta que en una plantación en Munnar no vi el cartelito de allspice delante de un arbolito no supe que, efectivamente, es una planta en sí misma, no la mezcla de especias que yo siempre había usado.

      La receta original añade una capa de streusel por encima, pero yo quería poder desayunarlos sin sentirme muy culpable, así que sólo los espolvoreé con un poquito de azúcar por encima para darles el toque crujiente. Pero si no tenéis problemas de culpabilidad, el streusel seguro que les da un toque maravilloso.

      La receta no lleva nada de tiempo y salen 12 muffins de un tamaño más que razonable.

      Ingredientes:
      • 250g de harina
      • 100g de azúcar blanco (más azúcar adicional para espolvorear)
      • 50 g de azúcar moreno
      • 115g de mantequilla fundida
      • 2 huevos
      • 1 yogur (125g) natural (originalmente llevaba leche, pero el yogur yo creo que le va)
      • 1 cucharadita de levadura
      • 1/2 cucharadita de allspice molida (o 1/4 de canela + 1/8 de nuez moscada + 1/8 de clavo molido)
      • 1/4 cucharadita de canela molida (esto es cosa mía adicional) [1]
      • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
      • 1/4 cucharadita de sal
      • Ralladura de 1 limón (opcional, pero yo lo recomiendo mucho)






      Preparación:
      1. Precalentar el horno a 190ºC.
      2. Preparar un molde de muffins con pocitos de papel (o de silicona, o engrasar el molde).
      3. En un bol, mezclar la harina, con la levadura, las especias (salvo la vainilla) y la sal.
      4. En otro bol, frotar los dos tipos de azúcar con la ralladura de limón.
      5. Añadir los huevos, la mantequilla, la vainilla y el yogur y batir ligeramente hasta homogeinizar.
      6. Incorporar la mezcla de harina, sin batir. Si queda algún grumo, no pasa nada.
      7. Repartir en los 12 pocitos (yo uso una cuchara de hacer bolas de helado para repartir la masa por igual).
      8. Espolvorear un poco de azúcar por encima y hornear unos 17-20 minutos, hasta que estén dorados y al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
      9. Se pueden comer en caliente, pero el aroma de las especias se aprecia más y mejor en frío. Y más aún al día siguiente.

      [1] Si os gusta el cardamomo o el jengibre, también podéis añadir. Y si os gustan las especias, podéis añadir más cantidad, al gusto.

      sábado, 25 de febrero de 2012

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      Bizcocho de yogur

      En el horno gracias a Yamane a las 10:45
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      Un bizcocho fácil y rico riquísimo. No hay excusa para no hacerlo si viene alguien a merendar (o si te apetece un capricho ;) )

      Ingredientes:

      • 3 huevos
      • 1 sobre de levadura
      • 1 yogur
      • 3 medidas de yogur (el vasito) de harina
      • 2 medidas de yogur de azúcar
      • 1 medida de yogur de aceite de oliva
      • ralladura de un limón




      Preparación:

      1. precalentar el horno a 175ºC 
      2. mezclar todos los ingredientes en un cuenco y batir bien
      3. engrasar y enharinar un molde y verter sobre él la mezcla de antes
      4. meter al horno alrededor de una hora, vigilando con el palito. Si se dora mucho por arriba, tapar con papel de plata
      5. dejar enfriar y desmoldar









      El resultado es un bizcocho bien jugoso, que acompaña fenomenal a un vaso de leche fría.



      domingo, 11 de septiembre de 2011

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      Brochetas de pollo con salsa de yogur

      En el horno gracias a Yamane a las 10:00
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      ¡Hola a todos!

      Bien, esta es mi primera entrada aquí... y no tengo ni la más remota idea de lo que puedo contaros en plan prólogo... veamos...

      Soy Yamane, y el por qué del nick es una larga historia. Algunos lo sabréis ya de tuíter, otros no. No lo voy a contar, porque precisamente fue para tratar de mantener el anonimato. Y a los que me conocéis de tuíter, por favor, no me llaméis aquí con el otro nick. En serio, borraré los comentarios xD

      Bien, pues soy una madrileña a la que le encanta comer (para mi desgracia) y además también me divierto cocinando, así que la idea del blog de recetas me gustó desde el principio. Soy mucho más de cocinar salado, la repostería nunca ha sido lo mío, pero de vez en cuando me gusta hacer cosas (¡más hacerlas que comerlas!) porque es súper divertido amasar y pringarse :D

      Tremenda despistada, aprendí por las malas que un temporizador es imprescindible para mí (más de un guiso agarrado lo atestigua), pero poco a poco y con paciencia voy mejorando mis recetillas.

      Para que luego no haya disgustos, diré que yo no soy demasiado precisa a la hora de seguir instrucciones, me invento platos, lo hago a veces bastante a ojo... vaya, que voy un poco a mi aire. Trataré de dejar las cosas lo más claras posibles, pero no siempre seré capaz... en ese caso, preguntadme lo que sea en los comentarios y así podré indicaros mejor.

      Y nada más, voy a estrenar mi sección con una receta de brochetas de pollo con salsa de yogur que encontré en Directo al Paladar, un blog con recetas estupendas.

      ¡Allá vamos!

      Ingredientes:

      • 2 yogures griegos
      • 2 dientes de ajo
      • zumo de 1/2 limón (en este caso no tenía más que limas)
      • 1 cucharadita de orégano
      • 1cucharadita de eneldo
      • 1 cucharadita de estragón
      • 4 pechugas de pollo
      • pimienta negra recién molida (con el fantástico molinillo de cubo de rubik, regalo de mi hermano :D)
      • sal




      Preparación:

      Picamos el ajo muy finito, o lo machacamos, y lo mezclamos con el yogur, el zumo de limón, las especias y la sal.

      Troceamos el pollo en dados gorditos (o lo mejor que se dejen las pechugas, vaya) y lo mezclamos bien con la salsa.



      Una hora a la nevera.

      Durante ese tiempo, metemos los palitos de madera de las brochetas una media hora en agua, para que luego los trozos de pollo entren sin problemas.



      Pasada la hora de maceración, pinchamos los trozos de pollo en los palitos y colocamos sobre la rejilla del horno.

      Grill a potencia máxima hasta que se dore (un poco a vuestro gusto), les damos la vuelta, les ponemos más salsa y de nuevo al horno.

      Cuando estén doradas a vuestro gusto, las sacáis y las servís. Las podéis acompañar del resto de la salsa y de un poco de arroz blanco o con lo que os pida el cuerpo.



      Otra idea, muy rica también, es rellenar panes de pita con el pollo y la salsa.

      ¡Buen provecho!





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