Receta invitada: solomillo de cerdo en salsa de sidra y queso azul
Etiquetas: carne, dificultad fácil, queso, receta invitada, sidra
Aquí estoy de vuelta, tal vez me recordéis de la otra vez, allá por septiembre del año pasado. Le he cogido el gusto a meterme a preparar cosas en la cocina y, aunque no tengo mucho tiempo, procuro preparar alguna receta chula por lo menos una vez a la semana.
- 1 solomillo de cerdo (~ 1/2 kg.)
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1/2 l. de sidra
- 200 g. de queso azul
- 150 ml. de nata para cocinar
- aceite de oliva, sal y pimienta
Preparación:
Cubrimos la base de una cacerola ancha de aceite y lo ponemos a calentar a fuego fuerte. Cuando esté bien caliente metemos la pieza completa de solomillo para que se se dore un poco la parte exterior mientras el interior queda todavía crudo. De esta forma lograremos que, al terminar la receta, las piezas de carne queden bien hechas por la parte exterior y tiernas y blanditas por dentro. Al hacer este paso lo más probable es que se os pegue un poco el solomillo a la base de la cazuela y se queme un poco. No os preocupéis por eso porque vendrá bien más adelante. Después de dorarlo por todos los lados sacamos el solomillo, lo salpimentamos al gusto y reservamos.
Picamos la cebolla en trocitos pequeños y, en la misma cazuela que acabamos de utilizar, la ponemos a pochar. Cogemos los dos dientes de ajo y simplemente les damos un golpe fuerte con la mano contra la encimera para que se abran y los incorporamos, con piel y todo, a la cebolla pochándose. Cuando esté lista incorporamos el medio litro de sidra y lo dejamos al fuego hasta que reduzca. Durante este proceso, con el calor, los azúcares de la sidra se irán caramelizando y la mezcla de la cazuela irá tomando un color parduzco. Podéis aprovechar en este momento para rascar un poco el fondo de la cazuela de modo que los restos de carne que quedaron agarrados al principio se mezclen con el caldo y le den un poco más de sabor.
Cuando la sidra haya reducido y no quede mucho caldo incorporamos la nata y removemos bien para que se mezcle todo. Dejamos que la salsa hierva durante un par de minutos, añadimos los 200 gramos de queso azul en migajas y seguimos removiendo hasta que el queso se derrita y la salsa quede con un aspecto homogéneo. Si lo dejáis durante un rato al fuego no hay problema; la salsa seguirá reduciendo y se volverá más densa. Aquí va en función de los gustos de cada uno si la preferís más líquida o más espesa.
Una vez esté la salsa lista toca volver a la carne cortando el solomillo en medallones no demasiado gruesos. Podéis comprobar aquí cómo por dentro no están todavía hechos, así que los incorporamos a la cacerola con la salsa. Queremos que queden tiernos por dentro y, ya que esta carne se hace rápido, con que los tengamos cinco minutos al fuego por cada lado será suficiente. Una vez estén hechos podemos apagar el fuego y dejar la cazuela tapada durante unos minutos más para que el propio calor residual de la cazuela termine de hacer el plato, y está listo para servir.
Espero que os guste la receta tanto como a mí, ¡buen apetito!
PD de Cattz: Con la sidra sobrante recomiendo mezclarla con medio litro de sorbete de limón y acompañar la comida.