Yo siempre digo que soy más de saladito, pero la repostería es más divertida de hacer. Así que esta combinación me pareció perfecta. La receta está sacada de aquí, pero adaptada a mi manera.

Son facilísimos de hacer y quedan deliciosos.

¡A ver qué os parecen!

Ingredientes: (Para 12 unidades)

• 220 gr. de harina
• 1/2 cda. de azúcar 
• 1 cda. de levadura en polvo
• 1/2 cdta. de sal
• 200 gr. de queso Cheddar (o el que os dé la gana y más os guste :) )
• 4 lonchas de bacon
• 1 Huevo
• 220 ml. de leche
• 35 ml de aceite de oliva
• pizca pimentón dulce

Preparación:

1. Ponemos en un cuenco la harina, el azúcar, la levadura, el pimentón y la sal (ingredientes secos). Mezclamos bien y reservamos.
2. Rallamos el queso (he usado los agujeros grandes de un rallador manual) y troceamos el bacon. Reservamos.
3. En otro cuenco batimos el huevo, añadirmos la leche y el aceite (ingredientes húmedos) y batimos bien hasta que quede bien mezclado.
4. Añadirmos los ingredientes húmedos a los secos y mezclamos con suavidad, sin batir, no demasiado, para que queden esponjosos.
5. Añadimos ahora el queso y el bacon y los integramos en la masa, con suavidad. Quedará bastante espeso.
6. Repartir la masa en los moldes y meter al horno ya caliente a 190ºC (210ºC en mi horno) unos 20m (25m en mi caso).
7. Sacar y dejar enfriar.

Del tiempo o aún templados, son una auténtica maravilla.

Esta receta viene de un libro de la Sección Femenina que tiene mi madre desde que era joven. Es sencilla y queda muy rica, al menos a los que nos gusten los calamares, que no somos todos. El arroz blanco acompaña muy bien ya que la salsa oscura que nos queda es muy sabrosa.

Ingredientes (Para 4 personas):
- 1 kg de calamares (más fácil si te los dan ya limpios)
- 2 bolsitas de tinta (las que traen y compra si necesitas)
- 2 tomates
- 2 cebollas
- 1 ramillete de perejil
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de harina
- Sal

Preparación:
Picamos la cebolla; se deshace bastante al guisar pero si eres de los que no te gusta encontrar trozos es mejor que la dejes en pedazos chiquitines. Cortamos también en trocitos los tomates y laminamos los ajos. Ponemos un fondo de aceite en una olla y echamos la cebolla cuando esté muy caliente (al 9 en una cocina de 9 posiciones, en este caso).

Se deja estofar la cebolla y cuando empiece a estar transparente bajamos un poco el fuego (6/9) y añadimos el ajo y el perejil picado. Lo dejamos un par de minutos y echaremos el tomate, rehogándolo todo bien.

Cortamos los calamares en aros, como si los fuéramos a hacer a la romana.
Tened en cuenta que el calamar tiene que estar muy limpio, para ello le habréis tenido que quitar el pellejito que trae por fuera, el huesecito de dentro (que parece una pluma de plástico), guardado con cuidado la bolsita de tinta y pasado por agua hasta que quede de un precioso y suave color blanco.

Cuando el tomate ya lleve unos 5 minutos en la olla es el momento de poner los aros de calamar, media cucharadita de sal y removemos bien. Tapamos la olla, bajamos un poco el fuego (4/9) y esperamos media hora.
Mientras, cogemos las bolsitas de tinta y las abrimos y disolvemos su contenido en 2 cucharadas de agua caliente (si tienes caldo de verduras o de pescado es mejor que con agua, pero no vas a abrir un brick o descongelar un tupper solo por esto). Añadimos la cucharada de harina y removemos muy muy bien. Queda una especie de engrudo impresionantemente negro. Tened mucho cuidado con él porque esa tinta mancha muchísimo y cunde una barbaridad.

Añadimos la mezcla de tinta y harina a los calamares, removiendo muy bien. Intentad evitar que se queden grumos de harina aplastándolos contra las paredes de la olla y disolviéndolos con cuidado. La harina va muy bien para espesar la salsa pero no mola demasiado encontrarte un grumo a medio cocer en la boca. Un truquito que se puede hacer es tostar la harina en una sarten a fuego medio antes de añadirla a la tinta. Formará grumo igual pero el sabor mejorará notablemente. Desconozco cómo puede quedar con gofio.
Con una cucharita probamos el punto de sal de la salsa, añadiendo si os gusta algo más salado. Removemos con cuidado y volvemos a tapar la olla. Dejamos cocer hasta que se encuentren en su punto, unos 35-45 minutos más, aunque depende del tamaño al que hayamos cortado los calamares.

Tiempo de preparación:
Es un plato muy sencillo de preparar que además tiene bastantes momentos de libertad mientras hace chup-chup. Podemos tenerlo listo sin demasiados problemas en menos de 2 horas por torpes que seamos, sobre todo si hemos pedido en la pescadería que nos limpien los calamares. Es estupendo para mojar pan o para mezclarlo con arroz. Va bastante bien en tupper si tienes un microondas donde poder calentarlo y congela bastante bien aunque manchará de oscuro y de forma perenne el recipiente que uséis.

Atención: Esta entrada no es una receta

Hablando en túiter con Pétalo ha salido este tema y he decidido escribir esta entrada sobre etiqueta. Pero no etiqueta al comer (ejem, boca cerrada, por favor), sino al ofrecer y recibir cositas de comer. Desde el punto de vista de alguien que envía y ofrece a menudo.

Para el que ha cocinado y comparte:

• No impongas a nadie tus gustos.
• Ofrece, pero no fuerces. [1]
• Aségurate de saber las intolerancias alimentarias o alergias del destinatario.
• No esperes "¡ahs!" y "¡ohs!" [2]. No te sentirás mal si no los escuchas.
• Y recuerda: no lo haces para que te quieran; lo haces porque quieres y porque los quieres. [3]

Para el que recibe esas cositas ricas de comer:

• No seas un cabezota sin horizontes culinarios y pruébalo.
• No digas que algo te gusta si no es así. [4]
• Pero si te gusta, ¡no te calles! [5]
• Y si te ha gustado mucho y hay, ¡repite! No hay halago más sincero para un cocinero que ver que eso que ha estado preparando, desaparece volando.
• Y recuerda, amigo, lo que te estás zampando es un regalo de tiempo y cariño.

[1] Y no te quedes ahí mirando y poniendo ojitos esperando halagos. Es de muy mal gusto.
[2] Por mucho que tú quieras morrearte a ti mismo (Pétalo dixit) por la pedazo de obra de arte culinaria que has preparado con tus manitas.
[3] Y, al menos en mi caso, porque demostrarlo me resulta infinitamente más fácil que decirlo. Aunque sé que no siempre llega el mensaje.
[4] O seguramente te encontrarás en la misma situación muchas más veces.
[5] Ver la nota [4] sustituyendo "O" por "Y".

Mi madre siempre decía que no hacía lasaña ni canelones porque era muy costoso... MENTIRA!
Mi madre es una vaga.
Lo cierto es que hacer una lasaña no lleva más de media hora de preparación, y luego el ratito de horno.

Ingredientes:

• carne picada
• cebolla 
• zanahoria
• berenjena
• manzana
• paté
• tomate triturado
• hojas de lasaña
• bechamel
• queso

*Las cantidades serán según los comensales, o aún mejor, según el área que os vayan a ocupar las hojas de lasaña, es decir, si hacéis una grande con 6, 9 u 8 hojas por piso, habrá que poner mínimo 500gr de carne. Yo utilicé 500 gr de carne, 2 cebollas, 4 zanahorias, dos manzanas y una berenjena. Comimos 5... dos veces

Preparación:

• Rehogamos la cebolla, con la zanahoria y la berenjena.
• Añadimos la carne
• Cuando cambie de color, añadimos la manzana.
• Cuando este todo pochado, añadimos un tarro de paté. Da igual el tipo de paté, como si es light, más que el sabor, lo importante es la textura que aporta.
• Por ultimo se añade el tomate y ajustamos de sal (y una pizca de azúcar si esta ácido), y dejamos que acabe de cocerse todo en sus juguitos.

• Entre ingrediente e ingrediente, ponemos las hojas en remojo con agua caliente.
• Ponemos una primera capa de pasta, capa de carne, capa de pasta y así hasta los pisos que queráis, recomendablemente 3 poco llenos. Acabamos con pasta.
• Sobre la última capa de pasta, ponemos un buen chorro de bechamel, que caiga lujuriosamente por los lados.
• Coronamos con queso, rayado, a trocitos, o como querais. Yo, adicta al queso, pongo una capa debajo de la bechamel y otra encima, pero eso a gustos.

• Ahora solo queda hornear, lo mejor es seguir las instrucciones del paquete de pasta para lasaña, pero por lo general uno 15-20 minutos a 170-200º. O como yo lo hago, que es cuando huele bien y se ve el quesito con color. No falla. 

¡Buen Provecho!

Esta maravillosa receta la saqué de aquí. Es muy muy fácil y altamente satisfactoria. ¿A qué esperáis? ¡¡A la cocina!!


Ingredientes:

• 400 g de chocolate Lindt 70% (4 tabletas)
• 5 huevos
• 200 g de mantequilla sin sal
• 150 g de azúcar
• 4 plátanos muy maduros, casi a punto de pocharse
• 200 g harina
• 75 g de nueces (a veces se las pongo y a veces no, según me de; un día probaré con almendras)
• 200 ml de nata líquida

Preparación:

1. Con toda esta cantidad de mezcla yo uso los dos únicos moldes que tengo: uno rectangular y otro redondo. Se le puede poner papel de horno, aunque yo siempre lo he hecho simplemente engrasándolos con mantequilla y luego el brownie sale solo. En cualquier caso, los más cómodos son los desmoldables de silicona. Ya me haré con alguno.


2. Picar o trocear el chocolate. Se funde muy bien, así que tampoco hay que matarse a hacer trozos diminutos.

3. Calentar la nata en un cazo (a temperatura baja) y añadir el chocolate. Con unas varillas lo vamos moviendo hasta que esté todo bien mezclado, sin grumos.



4. Batimos los huevos con el azúcar.
5. Derretimos la mantequilla. Podemos tenerla sacada con antelación, que suele ser la mejor opción. Si no, siempre se puede derretir al baño maría o en el microondas a temperatura muy baja. Ojo, que si se calienta mucho puede hacer pum, y si no está bien tapada os encontraréis mantequilla en cada rincón del micro xD
6. Vamos precalentando el horno a 200ºC


7. Ahora tamizamos la harina, bien con un colador o bien con el artilugio que me compré en el ikea de capricho total xD El resultado es el mismo, con el colador vais que os matáis. La harina la vamos añadiendo a la mezcla de huevo y azúcar, junto con la mantequilla. Mezclamos, añadimos la crema de chocolate y la mezclamos bien con la batidora. Yo he usado la de varillas. Amo este aparato <3

8. Pelamos los plátanos, los troceamos y los aplastamos con un tenedor. Por eso es importante que estén muy maduros, es cuando más dulces van a estar y también facilita mucho la labor a la hora de aplastarlos.

9. Añadimos los plátanos a la crema base y mezclamos bien. ¡Sin batidora! Que si no, no habría trozos ricos de plátano por el medio.
10. En este punto yo le añadí unas nueces. Podéis echar el fruto seco que queráis, o no echar nada. Yo a veces le pongo nueces y a veces no. Según me de.

11. ¡Hora de hornear! Llenáis los moldes y metéis los brownies al horno. La receta dice 180ºC a 45m. Esto depende. Cada horno es un mundo, y también importa la clase de molde que se use. En mi horno, cuando la receta dice 180ºC yo le pongo 200ºC. Sí, es un poco patata. Con los moldes que he usado y a esa temperatura, el redondo, que me quedó algo más vacío, se coció en apenas 30m. El otro sí estuvo los 45m, puede que algo más. Lo mejor es que vayáis vigilando y pinchando los brownies. Yo uso un palito metálico de los que sirven para hacer  brochetas. Cuando sale limpio es que el bollo está listo. Ojito, que si os pasáis mucho en el tiempo, se quedarán secos.

Se dejan enfriar, se desmoldan y listos para comer. A Kage le encanta ponerle una bola de helado de vainilla y chocolate derretido por encima. Yo soy más de acompañarlo, mientras aún está caliente (el micro es vuestro amigo), con un estupendo margarita :P

Un truco maravilloso (¡Gracias, Inés!) es partirlo en porciones y congelarlo. De esta forma cuando tengáis un antojillo sólo tenéis que descongelar un trocito y listos :D

PD: la receta original lleva bicarbonato, pero no tengo y nunca me acuerdo de comprar... y cuando alguna vez me he acordado, no lo he encontrado xD Y aún sin bicarbonato queda deliciosa, así que ya sabéis... ¡a ello!

El arroz al horno es un plato típico de la Comunidad Valenciana. Yo no lo sabía, hasta que vi, que nadie de fuera lo conocía y luego wikipedia me lo confirmó.
Es una buena forma de darle salida a los restos de un buen cocido, pero yo os pongo la receta con ingredientes nuevos.

Ingredientes:

¡ojo! esta receta esta pensada para hacerse en cazuela de barro

• Arroz (una medida por cada dos de líquido)
• Agua o Caldo
• 1 bote de garbanzos
• tomate triturado
• 1 cabeza de ajos
• Aceite
• Sal*
• patatas 1 ó 2 (las que tenía en casa resultaron estar malas, así que ese día no puse)
• Carne
• 400-500gr de costillas
• 4-6 longanizas
• 2 morcillas
• 2 chorizos
• panceta (yo personalmente no le pongo por que no me gusta)
• El arroz es muy agradecido, y este especialmente, se le puede añadir cualquier trozo de carne que llevase el cocido, en caso de hacerse con sus restos. 

Preparación:

• En un sartén grande ponemos aceite y freímos las costillas. A la mitad, más o menos, añadimos las longanizas (enteras o a trozos) y los chorizos. Lo sacamos todo y ponemos las dos morcillas, que se frían un poco sin que se deshagan. Reservamos toda la carne. 
• En el mismo aceite ponemos las patatas a rodajas de un centímetro de grosor, mas o menos. Añadimos también la cabeza de ajos entera. Sacamos y reservamos con la carne.
• En el mismo aceite, ponemos 3-4 cucharadas de tomate triturado, lo correspondiente a unos dos tomates, y se añaden los garbanzos. Sofreímos un par de minutos y se añade el arroz, se vuelve a sofreír un minutejo. 
• Añadimos el caldo o el agua, previamente calentitos. Recordemos: una de arroz por cada dos de caldo. Como los hemos calentado, se habrá evaporado una pequeña parte, eso es bueno. 
• Hemos precalentado el horno a máxima potencia, arriba y abajo. Ponemos en la cazuela de barro el caldo con el arroz, añadimos y distribuimos la carne, y ponemos por encima las patatas y si os gustan, unas rodajas de tomate natural. En medio, para coronar la cabeza de ajos.
• El arroz se cuece en unos 20 minutos, pero lo dejamos, en su defecto, hasta que este seco. Es difícil que salga en su punto, hay que practicar. Si se utiliza caldo (dos medidas por cada una de arroz) con la parte que se evapora al calentarlo, debería bastar; pero si se hace con agua, las aguas cambian mucho de unas zonas a otras y el agua de valencia, malísima para todo, es ideal para los arroces.

*El tema de la Sal. Si utilizamos caldo, yo personalmente no le añdo sal a nada más. De no ser asi, aconsejo añadir sal cuando freímos las costillas, y luego como usamos siempre el mismo aceite, no añado más. 

Esta receta es bastante especial para mí. Mi compañera de piso en Granada, grandísima amiga y mejor persona me la enseñó y cada vez que la hago me recuerda a ella, al frío granadino y a tantos buenos momentos que pasamos juntas. Creo que no me sale tan bien como a ella porque un plus de cualquier receta es... que te la sirvan en un plato sin hacer nada. Se trata de una receta sencilla que se come mejor en caliente, así que viene genial para los fríos venideros.

Ingredientes (Para 4 personas):
- 2 cebollas
- 1 pimiento verde
- 300 gr de costillar de cerdo fresco en trozos pequeños
- 1 brick pequeño de tomate triturado o frito
- 1 paquete de fideos del nº 4
- 2 hojas de laurel
- sal
- pimienta negra molida
- colorante
- cominos

Aviso: He probado pasta de otras marcas, pero para esta receta los mejores resultados me los ha dado la marca Gallo.

Preparación:
Picar las cebollas y el pimiento en función de lo grande que te gusten luego los trocitos cocinados. Cuando hay gente a la que no le gusta la cebolla lo que hago es pasarla por la picadora hasta que queda reducida a pulpa.

En una cacerola con un fondo de aceite pochamos la cebolla hasta que esté transparente y añadimos a continuación el pimiento. Cuando ya esté blandito echaremos los trocitos de costilla, removiendo bien de forma constante hasta que cojan color, preferentemente dorado.

Añadimos las hojas de laurel, un poco de sal y el brick de tomate. Removemos unos minutos para que se mezcle bien todo antes de echar el paquete de fideos.

Rehogamos bien los fideos con la mezcla hasta que todo coja el mismo color, añadimos 1 cucharadita pequeña de colorante y pimienta negra y comino al gusto. En mi caso utilicé media cucharadita de pimienta negra y una de cominos. Volvemos a remover con ganas.

Ponemos agua hasta que cubra y esperamos hasta que hierva. Bajamos entonces la potencia del fuego (en mi caso al 2 de 6) y esperamos hasta que el agua se consuma por completo, removiendo de vez en cuando para que los fideos no se peguen mucho en el fondo. Dejar reposar los últimos minutos, cuando casi no quede agua, fuera del calor, tapado con un trapo de cocina limpio. En caliente están ricos, pero es mejor si se dejan reposar unos 15 minutos antes de servir. Sobre todo si no queréis quemaros. Si os parece que está muy soso le echáis un poco de sal en los platos, pero es mejor que no os hayáis pasado en el paso previo.

Tiempo de preparación:
Como siempre, depende mucho de vuestra maña para limpiar y partir los ingredientes principales de verdura al principio, pero en principio eso os llevará unos 10 o 20 minutos según destreza. Pedidle al carnicero que os parta las costillas en trozos pequeños que se hagan antes. El agua de la zona también tiene algo que decir en el tiempo de preparación, pero es una comida que puede estar lista en 1 hora u hora y media. Congela bien y recalentada está estupenda.

PD: Los fideos, al igual que el arroz, quedan mucho mejor si se hacen en cacerolas anchas y poco profundas.

PD2: Si quieres mejorar un poco la receta, pon en un adobo de aceite, un poco de vinagre, pimentón picante, comino y romero las costillas desde el día anterior.

Esta receta consiste en abrir la nevera, ver qué ingredientes tienes y hacer un arroz o una pasta con ellos. Son terriblemente agradecidos y admiten casi cualquier cosa.

En este caso ha sido arroz.

Ingredientes:

• arroz redondo (para dos echo un vaso, más o menos, depende de si quiero que sobre para un tupper o no)
• espárragos trigueros
• setas shiitake
• calabacín
• dos dientes de ajo
• unas hojas de laurel
• sal
• pimienta
• lo ideal sería cocer el arroz en caldo de pollo, de verduras... algo. Pero yo no suelo tener, así que le eché un cubito de carne
• aceite de oliva
• vino blanco

Preparación:

1. Laminar los ajos y y echarlos en una sartén con un poco de aceite y las hojas de laurel
2. Trocear los espárragos y añadirlos a la sartén cuando el ajo empiece a dorarse (si se dora mucho se puede poner amargo, así que mejor quedarse cortos de dorado que pasarse)
3. Trocear también las setas y el calabacín y añadirlos cuando los espárragos empiecen a reblandecerse
4. Añadir el cubito troceado y rehogar unos minutos, moviendo bien para que se deshaga y se mezcle
5. Echar un chorro de vino blanco y cocer hasta que se consuma el líquido casi del todo y estén las verduras bien blanditas
6. Añadir el arroz, mezclar todo y dar unas cuantas vueltas
7. Ir añadiendo el agua poco a poco, hasta que esté hecho a vuestro gusto. Mucho mejor si añadís el agua caliente.
8. A mí me gustan los arroces cremositos, tipo risotto, así que lo muevo a menudo, para que suelte almidón y se quede más cremoso.
9. Cuando esté listo le espolvoreáis un poco de pimienta, rectificáis de sal si hace falta, que repose un par de minutos y a comer.

Esta receta no es ni mucho menos inédita, pero me parece una idea tan maravillosa que tengo que compartirla y hacerla llegar lo más lejos posible. Estoy segura de que se convertirá en un must y si sois un poquitín golosos la haréis.

Imagina que es domingo. En la calle hace frío y tú tienes puesto tu pijama de invierno con calcetines. Te despiertas de la siesta con un antojo total de chocolate y de dulces recién hechos. Pero, mec! hay antojo de comertelo pero no de hacerlo.Y además no sabes cocinar muy bien. Y además luego hay que fregar muchísimo. Y además solo tienes cuatro cosas en la despensa. Pero que hambre, jo. Que erial.

Pues os traigo una solución más que satisfactoria. Yo lo llamo el queque monodosis.

Ingredientes:

- 4 cucharadas de harina.
- 5 cucharadas de azúcar.
- 2 cucharadas de cacao en polvo (no colacao, cacao de repostería).
- 1 cucharadita de levadura.
- 1 huevo.
- Un pizquito de sal (la puntita de los deditos).
- 3 cucharadas de leche (yo he usado desnatada porque era la única que tenía pero mejor entera).
- 3 cucharadas de aceite.
- Gotas de chocolate, o chocolate en trocitos (opcional).
- Unas gotitas de extracto de vainilla.
- Un plátano (opcional).

Preparación:

Se puede preparar directamente en las tazas, pero a mí me gusta hacerlo todo junto en un recipiente y luego pasarlo a las tazas, para asegurarme de que queda todo bien equitativo. Yo pongo en un bol los ingredientes líquidos, añado el huevo y mezclo bien.



Luego añado los secos, y por último el chocolate en trocitos y el plátano en trocitos. Lo del plátano ha sido algo que he hecho hoy, tengo plátanos maduritos así que me ha dado por ponérselo y debo decir que ha sido todo un acierto. Le da un puntito jugosito ideal. Ñam! Si le ponéis, añadidlo justo antes de meterlo al micro!




Bien, una vez mezcladito todo, lo repartimos en dos tazas (*) (que se puedan meter en el microondas).





Salen dos monodosis, así que si tenéis churri o compañía golosa, genial, si no, podéis meter la otra taza en la nevera para el día siguiente, es lo que he hecho yo. Es conveniente hacerlas de una en una en lugar de las dos en el micro a la vez. Pues bien, metemos una, durante un minuto a potencia media, yo lo he puesto a 600 grados. Sacamos, lo miramos, y lo ponemos 30 segundos de nuevo a potencia media. Si lo queréis mas hecho pues lo seguís metiendo, pero normalmente con ese minuto y medio queda bien.



Sentaros en el sofá. A disfrutar. Esta receta es ideal por otra razón. Si hacéis un queque entero, os lo váis a comer entero. Y el culo crece. Con esto dejamos las ansias chocolateras satisfechas, y mantenemos un poquito más la linea.

(*) Si, mis tazas son ideales. Finlandesas.

Saludos pequeños tragones.

Yo soy H@n. Valenciana medicoblasta de 22 años, que suele elucubrar tonterías por aquí. Me gusta cocinar y adoro la fotografía, asi que este proyecto me hizo babear desde que lo conocí y gracias a mis geniales cobloggers que me aceptaron, puedo participar en este blog que os hace a todos salivar.

Comparto piso con un par de estudiantes: una francesa muy tragona que solo sabe freir, y un canario al que me dedico a cebar, pero con cosas sanas (o eso intento). De modo que intentaré poner por aquí recetas for dummies con alto contenido de productos Hacendado.

En mis ratos libres comparto piso con mi familia, un matrimonio de tragones y un ya-no-tan-pequeño-gremblin tragón.

Soy autodidacta y aprendo por ensayo-error-error-menoserror. Experta en ojitometría y amante de las medidas a puñaos. Pero intentaré no volveros demasiado locos.

Como primera receta quería poner mis receta predilecta: las mutanlletas. Básicamente son cookies, que me salen buenísimas de sabor, pero deformes como ellas solas... al menos al principio, he ido mejorando al receta y ya parecen galletas normales.

Ingredientes:

• 500 gr harina
• 250 gr mantequilla
• 250gr azúcar
• 3 huevos
• un sobre de bicarbonato
• una cucharada de sal
• 2 tabletas de chocolate a trocitos o dos paquetes de pepitas de chocolate

Preparación:

• Coge el bol más grande que tengas, pones los huevos y los bates, añades la mantequilla ablandada, el azúcar y la sal. Mueves y remueves hasta que se ligue todo.
• Añade la harina y el bicarbonato y vuelta a remover. Si los huevos eran muy grandes, puede que quede demasiado líquida, de modo que puedes añadir más harina, hasta que quede estilo chicle: que se pega, pero la puedes manejar y moldear.
• Descansa el brazo que lo tendrás muerto de remover
• Precalienta el horno a 200º arriba y abajo
• Peléate con las tabletas de chocolate para hacerlas a trocitos. Lo mejor es meterlas un poco en el congelador, para que este duro e ir clavándole un cuchillo y haciendo trozos deforme.
• O sé práctico, gasta un poco más de dinero, y compra las cajas de pepitas, que te ahorran la vida de sufrimiento.
• Añade el cocholate y remueve, hasta que este bien repartido
• Pona papel vegetal en la bandeja del horno y pon gurruños bastante separados. No te preocupes por la forma, luego hacen lo que les da la gana y cambian de forma y siempre quedan monas.
• Mételas en el horno, pero bajalo a 170º
• En 15-20’ deben estar doraditas, si no, puedes esperar un poco.
• Vete preparando la nueva tanda de gurruñitos, e intercambia crudas por cocidas.

Es altamente probable que no te puedas resistir al olor y las pruebes en cuanto intercambies la bandeja. Te vas a quemar. Te va a dar igual porque estan ricas. Coge leche fresquita y contrarresta.

Cuando salen del horno, estan más blandas y “abizcochadas” pero en cuanto se enfrian, la sal hace que queden más crujientes.

Hay un montón de recetas de cookies con leves diferencias, esta es la que uso yo, tan válida como cualquier otra. A mi me gusta porque es fácil de recordar las cantidades y de conseguirlas sin pesar ni nada: medio paquete de harina, medio de azúcar y medio tarro de mantequilla.

Como las cantidades son elevadas, el numero de mutanlletas va a ser suficiente para darle a toda tu familia y amigos y quedar como Dios. O para abastecerte para una maraton de películas lacrimógenas.

O lo que es lo mismo, chocolate-chunk oatmeal cookies.

Prometo que no voy a ser monotemática en las recetas. Que no van a ser todo galletas. Pero es que esto son galletas viajeras. Y puestos a enviar por correo, las galletas aguantan normalmente mucho mejor que otros dulces.

Vayamos con la recetilla (modificada y reducida a la mitad de ésta) sin más preámbulos.

Ingredientes (para unas 24-30 galletas):

Copos de avena

• 120g copos de avena tipo Quaker                                           (de los que son finitos; quick cooking)
• 90g harina
• 115g mantequilla en pomada (yo la pesé la noche anterior y la dejé toda la noche fuera de la nevera)
• 110g azúcar moreno [1]
• 50g azúcar blanco
• 1 huevo
• 2 cucharaditas de extracto de vainilla
• 1 cucharadita de bicarbonato
• 1/2 cucharadita de sal
• 150g de chocolate negro 

Preparación:

• Picamos el chocolate a cuchillo en trozos más o menos gruesos. También se pueden usar las gotas de chocolate de Valor, pero a mí me gusta lo irregular de los trozos cortados a mano (y bueno, que son más grandes, claro).

• En un bol, mezclamos la harina con los copos de avena, la sal y el bicarbonato.
• En otro bol, echamos la mantequilla y los dos tipos de azúcar y batimos unos 3 minutos con las varillas eléctricas (hasta que esté muy cremoso).

Leed la nota [1] sobre los distintos tipos de azúcar moreno

• Añadimos el huevo y la vainilla y batimos otro minuto más
• Con una espátula, incorporamos la mezcla de harina y avena y el chocolate picado.

• Reservamos en la nevera una hora (al menos) [2]
• Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 175ºC y forramos una fuente con papel de hornear.
• Hacemos bolitas de unos 2.5 cm de diámetro con la masa y las colocamos en la fuente, dejando espacio entre las galletas (a mí me han entrado 9 por bandeja).

• Horneamos por tantas, unos 12 minutos (las mías las he dejado 13), hasta que los bordes empiecen a dorarse.

• Dejar enfriar un minuto en la bandeja antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen completamente. [3]
• ¡¡A comer!!

 

[1] Sobre el azúcar moreno. El azúcar moreno que se vende en España (y en Francia), es un azúcar moreno que normalmente está suelto, con un aroma en el que se aprecian notas de caramelo. Pero hay otra variedad de azúcar moreno, más pegajoso y húmedo con notas de melaza (el típico en EE.UU.). En la foto de ahí arriba se ve la diferencia de color y de textura. Aunque endulzan igual y sirven igual, si son el azúcar primordial, cambiarán el sabor final de la receta. Así que, ojito, y escoged un azúcar moreno que os guste.
[2] Se puede dejar en la nevera hasta 48 horas, lo que hace que el resultado final sea algo mejor (los sabores son más redondos). Pero claro, os tendría que caber en la nevera (no es mi caso hoy) y exige fuerza de voluntad para no comerse la masa en crudo (cosa que yo no recomiendo pero hay mucha gente que lo hace).
[3] Cuando las galletas están totalmente frías, afortunadamente, parte del chocolate sigue medio fundido, como se puede apreciar en la última foto.

PS: De las 27 galletas, aquí sólo han quedado 3. Las otras van para Glorfo (que ganó una porra sobre a qué hora vendría el técnico de Orange) y unos amigos que me han hecho unas gestiones burocráticas para poder publicar mi tesis con la ULL (yo pensaba que escribir una tesis era complicado; lo complicado es la burocracia vogona).

Galletas listas para enviar. Las galletas están en bolsas y protegidas por bolitas de papel.

Editado (22:49)

Tras un comentario de Yamane, me ha dado por echar cuentas para saber cuántas calorías tiene esta receta. La receta completa tiene unas 2700 kcal. Lo que, para las 27 galletas que me han salido, nos da un redondo total de 100 kcal por galleta. Lo que es, en mi opinión, sorprendentemente poco (dentro de que es un dulce). Así que, ya sabéis.