Mermelada de pimiento rojo
Hola, me llamo Pétalo y soy tragona anónima. Tal vez me recuerdes de cibercosas anteriores como mi blog Laundry Service o mi twitter (que soy yo contando cada cosa que hago al día y lo mucho que me indigna cualquier cosa). Tengo 26 años, estudio veterinfierno, y para que te hagas una idea, soy más o menos así. En fin, seguro que todos me conocéis ya y si no, a callar, no se vaya a poner malito mi ego.
Como estoy bastante ocupada estos días, voy a poner una receta facilita. No es nada innovadora, seguro que es una gran conocida, pero está tan rica y queda tan bien que no puede faltarnos aquí. Como seguramente has sospechado por el título, es mermelada de pimientos. Perdón, quería decir sexymermelada de pimientos. Esta receta es muy rápida y sencilla y queda sencillamente genial. Sirve para cualquier ocasión, y es algo que si llevas a una cena como regalo quedas como Dios. Combinada con algo salado, como queso, es simplemente espectacular. Pues bien, allá vamos!
Ingredientes:
Pimientos rojos (los que quieras, yo he usado dos grandes).
Azúcar.
Vinagre.
Preparación:
Lo primero, por supuesto es lavar los pimientos y quitarles las semillas y las venitas blancas. Una vez limpios los cortamos en cuadritos y los pesamos. Una vez pesados los ponemos en un calderito y pesamos la misma cantidad de azúcar. Si los pimientos pesaron 100 gramos pues entonces 100 gramos de azúcar (hola, soy Coco).
Añadimos el azúcar al calderito. Añadimos la mitad del peso del azúcar y los pimientos de vinagre. Es decir, si nos pesaron 100 gramos, añadimos 50 gramos de vinagre. Ponemos el calderito al fuego y lo dejamos a fuego lento un rato, hasta que queden blanditos. Intentad no despistaros viendo el último capítulo de How I met your mother, no vaya a ser que el vinagre saturadisimo de azúcar se derrame y se os forme una especie de caramelo encima de toda la vitrocerámica, que hay gente a la que le ha pasado, me han dicho.
Cuando ya esté el pimiento blandito, lo escurrís y lo metéis en el vaso de la batidora. Lo batís y lo guardáis como queráis, yo he cogido un bote de cristal. Si queréis conservarlo durante algún tiempo podéis hervir el bote de cristal bien cerrado.