Receta invitada: Hamburguesas de salmón y espinacas
Tenemos nueva receta invitada y la autora es alguien muy especial para mí: se trata de mi prima Mermarga, de la que creí durante años que era la hermana secreta de mi hermano mayor del tiempo que pasaban juntos.
No solo la chavala es inteligente y simpática, es que encima cocina muy bien, le encanta salir de restaurantes más que a un tonto un lápiz y era capaz de volver de marcha y bajar las horas haciéndose una tortilla española. Y yo que solo me dignaba a calentarme un vasito de arroz precocinado...
Al mismo tiempo creo que puedo declarar como inaugurado febrero como el mes del salmón, aunque no ha sido para nada intencionado.
Ingredientes (para 4 personas):
- 3 rodajas de salmón
- 1 bolsa espinacas
- 1 bolsita de zanahoria rallada
- 1 huevo
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva
- Pan rallado
Para la salsa de tomate:
- 1 pimiento verde
- 1/2 cebolla
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva, sal, pimienta y un pellizco de azúcar
Preparación:
Lo primero que podemos hacer, para ir quitándonos trabajo, es la salsa de tomate. En mi caso hago un simple sofrito con pimiento, cebolla y ajo, y añado el contenido de una lata de tomate triturado junto con la sal, la pimienta y un poquito de azúcar; pero como esto no es una ciencia exacta y para gusto colores, cada uno que haga la salsa a su manera, con las especias que más le gusten.
Una vez que dejamos la salsa haciéndose en la olla exprés (que no se os olvide)podemos empezar con las hamburguesas.
En una cazuela con agua ponemos a hervir las rodajas de salmón durante unos 3-4 minutos.
Como luego lo freiremos no es necesario que se haga totalmente. Basta con que el exterior coja ese color rosa claro característico. Apartamos en un escurridor y dejamos que se enfríe un poco.
Mientras, en ese mismo agua hirviendo, ponemos primero las zanahorias y después la
espinacas el tiempo necesario para que queden blanditas.
Una vez que el pescado se ha enfriado y podemos manipularlo sin abrasarnos, desmenuzamos y ponemos en un bowl con cuidado de retirar la piel, grasa y todas las espinas. Salpimentamos.
Cuando la verdura ya esté blanda, la sacamos y escurrimos todo lo que podamos, presionando con un tenedor. Cuanto más jugo suelte más fácil será que no se nos deshagan las hamburguesas.
Mezclamos con el pescado y rectificamos de sal.
Para el paso final necesitamos un plato con pan rallado y otro con huevo batido. No tenemos más que ir cogiendo la cantidad de mezcla que queramos y apretar bien para librarnos del exceso de líquido. Yo prefiero hacer hamburguesas pequeñas, mucho más fáciles de manejar.
Pasamos por huevo (apretando para escurrir), por el pan rallado y ¡voila!, a la sartén con el aceite bien caliente. Freímos hasta que estén doradas por ambos lados y servimos con la salsa de tomate.
Nota de la bloggera titular: al tratarse de una receta con pescado fresco siempre es conveniente tenerlo al menos 3 días en el congelador para matar cualquier parásito o larva que pueda llevar. Aunque se guise y luego se fría, no sabemos si todo el pescado alcanzaría temperaturas adecuadas, es mejor prevenir.